León Ferrari:

Clausurar el infierno

Uno de los artistas más talentosos e inteligentes de la Argentina parece obsesionado en su lucha contra el infierno. Y es precisamente esa lucha la que enerva y pone en evidencia a una Iglesia que condenó la muestra del Centro Cultural Recoleta de Buenos Aires y que con sus presiones para censurarla ratifica que León Ferrari está atacando el arma más importante con que contó el catolicismo para su trabajo evangelizador, el miedo. Precisamente de esto se trata el infierno, de una amenaza permanente que somete a los creyentes y posibilita el odio, la discriminación y el enfrentamiento. A través de este reportaje exclusivo otorgado a Nueva Sión, podemos comprender un poco más acerca de la lucha de Ferrari y, de paso, enterarnos de algunas de las instrucciones antisemitas que aún hoy se siguen dando oficialmente a las iglesias para leer por sus feligreses.

Por Gabriel Levinas

¿Cómo pasa de la obra abstracta a la obra conceptual?

Empezó suavemente. En los años ´60, durante aquellos enfrentamientos de militares, azules y colorados, empecé a hacer una serie de diez o doce cartas dirigidas a un general. Eran escrituras deformadas y lo único que tenían como significado político era el título: «Cartas a un general».
En el ´64 hice algunos manuscritos que tenían vinculación con la religión, entre ellas uno que se llama “Árbol embarazador”: copié de la Biblia lo del diluvio y le puse en el medio el pene del David de Miguel Ángel. Es ese mismo que (Mariano) Grondona confundió y dijo que era pornografía. Me impresionaban
todas estas cosas bíblicas, le cambié el final y le puse que las mujeres flotaron gracias a las nalgas y las tetas infladas y los hombres se hundieron, pero Satanás les cortó el pito e hizo un gran árbol, el árbol
embarazador. Cuando bajaron las aguas, las chicas se le subieron y practicaron una gran fornicación colectiva.
En el ´65 dejé todo lo abstracto e hice el avión, sobre la guerra de Vietnam, cuando en Vietnam decían que
estaban defendiendo la civilización occidental y cristiana. Para hacerlo me ayudó un amigo, Rogelio Pintos. Compré un Cristo en una santería y lo puse ahí. Lo mandé al Di Tella, estuvo colgado seis o siete días mientras se preparaba la muestra

¿Y lo censuraron después?

Lo censuraron

¿Esa fue la primera vez que le censuran una obra?

Sí.

¿En qué momento empieza su relación con la Iglesia? Porque su padre tenía un trato muy importante con ella

Mi relación con la Iglesia empieza cuando mi padre, en el año ´28, después de haber ido a Europa, luego de haber hecho la Iglesia de San Miguel y el Claustro de Nueva Pompeya, lo llaman de Córdoba para hacer la iglesia de los Capuchinos, que es -posiblemente- la iglesia más grande de Córdoba.
Así que ahí estuvimos viviendo Córdoba dos años. Cuando tenía ocho años y fui a un colegio Jesuita, después volví y fui a un colegio del Estado y más tarde, mis padres me pusieron en un colegio de curas alemanes antisemitas, en 1933. Es decir, estuve justo entre el ´33 y el ´38, en la preparación de Hitler.
Allí viví las cosas que le pasan a un chico en un colegio religioso, los miedos al infierno, en fin, aprendí mucho, y gracias a esos curas tengo algún conocimiento sobre la religión. Después de muchos años empecé a analizar lo que es la Iglesia y lo que es la religión.

En varios de los reportajes que le han hecho en estos días, usted habla del carácter antisemita de la Iglesia o, por lo menos, de que en la Iglesia se siguen propagando ideas antisemitas, ¿A qué se refiere concretamente?

El antisemitismo de la Iglesia empieza en el Evangelio. Jesús aparece como una suerte de socialismo, una preocupación por los otros, pero como bien sabes, el Evangelio se escribió durante 100 ó 150 años, y se fue modificando según cual fuera la relación entre la Iglesia y la sinagoga.
Cuando esa relación finalmente se rompió, los que escribieron el Evangelio lo modificaron y acentuaron ese rencor que se manifiesta de Jesús hacia los judíos donde los llama serpientes, generación de víboras, hijos del diablo, que son cosas que después fueron quedando. Fueron quedando tanto, que en las pintadas del cementerio judío de Ciudadela apareció inscripto “Judíos, hijos de Satán”.
Es decir, una cosa de dos mil años atrás, una de las armas de la discriminación contra los judíos que fue ésa, sobretodo la acusación de que mataron a Jesús, que la repite San Pedro, San Pablo y Estaban en el Nuevo Testamento.
La historia del exterminio y discriminación de judíos durante dos mil años no es necesario que se la cuente, pero hechos como las cruzadas, los mismos campos de concentración de Hitler.
Hitler decía: yo estoy haciendo con los judíos lo que la Iglesia no pudo hacer durante mil quinientos años. Otra vez dijo que estaba cumpliendo los deseos o los mandatos, o lo que sea, del creador.
Hitler consiguió culminar el antisemitismo cristiano en los campos de concentración en un país que tenía 94% de cristianos. Es decir, si no hubiera habido una preparación previa del antisemitismo en Alemania, Hitler no podría haber hecho lo que hizo.
El antisemitismo, de una acusación contra un grupo de judíos contemporáneos de Jesús, pasó a ser contra todos los judíos que vivieron después.

¿Y cómo le cayó que la DAIA se pusiera del lado de Bergoglio?

Ahí parece haber un frente monoteísta, a mí me parece que hay como una suerte de acuerdo.
No lo sé, no puedo afirmarlo pero me da la impresión de que hay como un acuerdo en donde la Iglesia se compromete a no continuar con sus campañas antisemitas, y parte de la colectividad se compromete a no denunciarla, a no seguir recordando los crímenes.
En una entrevista que me hicieron (creo que fue en ‘La Voz del Interior’ de Córdoba), hablé del antisemitismo de la Iglesia y dije que me sorprende que los judíos no reaccionen y no denuncien esta situación. Y lo digo porque, hace años, presenté en el INADI y en la Defensoría del Pueblo (cuando estaba Alicia Oliveira) un informe que había hecho sobre doce libros de lectura religiosa (Biblia, catecismos, citas, los comentarios sobre los versículos, etc). Había compilado unas cuarenta o cincuenta declaraciones antisemitas; pero lo más importante (que precisamente lo denuncié ahora también contestándole a ‘Lilita’ Carrió), es que la Iglesia publica lo que se llama un ‘Calendario Litúrgico’ donde se indican los versículos que deben ser leídos y comentados en las diferentes fechas, domingos, sábados, Pascuas, etc. en las iglesias. Entre esos versículos, hay cinco de San Pedro y uno de Pablo donde repiten la vieja acusación de que los judíos mataron a Jesús.
Es muy difícil sacar de la Iglesia un antisemitismo que tiene dos mil años de prédica, ¿no?

Un artista plástico, con suerte, sale en lo profundo de un diario. Pero usted, gracias a Bergoglio, ha sido tapa de los principales periódicos. Parece una torpeza del cardenal…

Es una torpeza, yo creo que sí. Creo que el no se dio cuenta que se estaba metiendo en el campo de la cultura, que es el campo de la gente que quiere tener libertad para expresarse. Y además cayó justo en atacar una muestra de casi cincuenta años de trabajo y justo en el momento en que se acentuó mi prestigio adentro y afuera del país.
Hay gente que sostiene que no es posible que la Iglesia siga cogobernando el país, como co-gobernó con los militares cuando estaban matando gente, cuando estaban, según Scilingo, poniéndose de acuerdo, para ver cuál era la forma cristiana para matar a la gente y llegaron a la conclusión que era tirarlos desde los aviones. Eso lo dice Scilingo en las declaraciones hechas a Verbitsky.

Pero particularmente Bergoglio es considerado una persona inteligente.

Pero se metió con una cosa que no conoce y no tiene, seguramente, asesores. Este presbítero Marcó lo único que dice es que yo soy un blasfemo y que reconozco ser un blasfemo. Pero yo no puedo ser blasfemo si le pongo un clavo a un santito, que para mí lo hicieron en China y que no significa nada.

En términos de su futuro como artista, ¿cree que todo esto lo benefició, o no?

Sí, creo que sí. Pero lo que más interesa es que, desde hace años, muchos amigos míos no me llevaban el apunte cuando les hablaba del infierno.
Cuando hicimos las dos cartas al Papa pidiendo la demolición del infierno, yo sostuve que por supuesto que el infierno no existe, que es un disparate. Pero la idea del infierno sí existe en la cabeza de la gente. En Estados Unidos, por ejemplo, el 65% de la gente afirma creer en el diablo; es decir, cree en el infierno.
Creer en el infierno es creer que nuestro prójimo merece ser torturado porque piensa diferente.
Ese es el pensamiento de la gente. Mucha o poca, es un grupo importante e influye sobre el destino de la humanidad, influye sobre lo que se hace como por ejemplo en Irak.
La religión es fundamental para lo que pasa en Afganistán, lo que sucedió en Vietnam; en Irak, está mezclado por las peleas económicas sobre el petróleo.

El eje del mal alude directamente al infierno, obviamente. ¿Esto significaría que su trabajo, a partir de ahora, va a ser tratar de clausurar el infierno?

(Ferrari se ríe) Siempre lo fue, siempre el trabajo consiste en demolerlo.
Sucede que el infierno -no sé si porque fue evolucionando, si Dios lo fue modificando o si fue el Papa que tiene el poder de modificarlo- del que habló Jesús, San Agustín y del que hablaron todos los santos y pintaron o describieron Miguel Ángel, Dante Alighieri o las Cantatas de Bach, pasó de ser una hoguera a una tortura mental. Como afirmara el Papa no hace muchos años, una suerte de angustia eterna.
El Infierno ya no es un lugar, es un estado de ánimo.
La Iglesia no tiene más remedio que tratar de adaptar su Biblia a los Derechos Humanos. Pero debiera saber que las Naciones Unidas condenaron toda tortura física o mental.
Leonardo Boff ya lo dijo hace treinta o cuarenta años: que el infierno no era parrilla, fuego y diablos, pero que la ausencia de Dios originaba un dolor tan grande parecido al del fuego.
En un texto que escribí hace poco decía que si el Papa tiene el poder de pasar de los fuegos del Giotto y del Bosco y de la gente retorcida, si tiene el poder de pasar por encima de todo lo que dijo Jesús, desmentirlo, y decir ahora que no hay fuego está diciendo o que todos se equivocaron y nunca hubo fuego, o que el Papa tiene el poder de apagarlo; y si el Papa tiene el poder de modificarlo, puede decir que el infierno se terminó. No hay infierno, no hay castigo, no hay almas que están dando vueltas. Me parece que sacar al infierno de la cabeza de tanta gente le haría mucho bien a la humanidad.

Pero es como pedirle a un comerciante que rompa su mercadería, porque si no tuvieran al infierno como amenaza habría un montón de gente que dejaría de ir a la Iglesia.

Había un Papa que decía que el infierno era el principal arma para convencer a la gente, evangelizarla, y que había que hablar constantemente de él.

¿Cómo considera que actuaron los funcionarios del gobierno de la ciudad de Buenos Aires?

Recibí un gran apoyo de ellos, han hecho una cerrada defensa de la libertad de expresión: Ibarra, Gustavo López, en especial de Nora Hochbaum -la directora del Centro Cultural Recoleta- y de Andrea Giunta la curadora de la muestra.

Frente a toda la gente que fue a apoyarlo dijo algo que me resaltó particularmente interesante: que la obra que habían roto la habían mejorado. ¿Cómo es eso?

Bueno, hay que tomar las cosas con un poco de humor. La obra se titulaba «La Ciudad de los Inmortales», inspirada era el cuento «El inmortal» de Borges. Hay un escrito sobre un prisma de acrílico y adentro había unas flores con unas cucarachas.
Cuando apareció rota se le agregó otro significado: está señalando la intolerancia de la Iglesia. La obra que se llamaba “La ciudad de los inmortales” ahora se llama “Gracias cardenal Bergoglio”


¿Sabía esto la DAIA?

Calendario litúrgico

En la última Pascua, según el Calendario Litúrgico del 2004, se leyó y comentó los siguientes versículos:
1- Lunes 12 de abril: Hch 2,23 (Pedro): “Israelitas, escuchad: A Jesús de Nazaret (…) lo matasteis, crucificándolo por manos de los inicuos”…
2- Martes 13: Hch 2,36 (Pedro): “A este Jesús a quien vosotros habéis crucificado”.
3- Jueves 15: Hch 3,13-15 (Pedro): “El Dios de Abraham, y de Isaac, y de Jacob, el Dios de nuestros padres ha glorificado a su Hijo Jesús, el cual vosotros entregasteis y negasteis delante de Pilatos, cuando éste había resuelto ponerle en libertad. Mas vosotros al Santo y al Justo negasteis, y pedisteis que os diesen un homicida; y matasteis al Autor de la vida…”.
4- Lunes 19: Hch 4,27: “Porque verdaderamente se juntaron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, al cual ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y los pueblos de Israel”.
5- Jueves 22: Hch 5,30 (Pedro): “El Dios de nuestros padres levantó a Jesús, a quien vosotros matasteis colgándolo de un madero”.
6- Jueves 6 de mayo: Hch 13,27 (Pablo): “Porque los moradores de Jerusalem y sus príncipes no le reconocieron y, al condenarle, se cumplieron las palabras de los profetas que se leen cada sábado; pues, sin haber hallado causa alguna de muerte, pidieron a Pilatos que le hiciese morir. Y así cumplieron todo lo escrito acerca de El”.