Israel prevé una financiación internacional para la construcción de viviendas en los campos de refugiados de la Franja de Gaza, de donde se retirará su Ejército a partir de marzo de 2005. Posteriormente, el proyecto se ampliaría a Cisjordania y demás países árabes.
«Un plan de inserción de los refugiados es beneficioso para Israel, los palestinos y la comunidad internacional», declaró a la radio militar el director general de este Ministerio, Ron Prosor.
«Para Israel es imperativo buscar una solución al asunto de los refugiados con el fin de evitar solicitudes para un regreso» de palestinos a Israel, añadió.
Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (UNRWA), el problema de los 4.200.000 refugiados palestinos diseminados por la Franja de Gaza, Cisjordania, Jordania, El Líbano y Siria constituye un obstáculo para alcanzar un acuerdo de paz defintivo entre Israel y los palestinos, quienes exigen su propio derecho al retorno, conforme a la resolución 194 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Israel se opone a una vuelta masiva de los refugiados palestinos por considerar que ello supone una seria amenaza que no garantizaría la continuidad de una mayoría de población judía dentro del Estado de Israel.