Hospital Israelita:

Otra prueba de lo inexplicable

Nueva Sión obtuvo copia del informe de auditoría realizado por la Contadora Nelly Alicia Rudel, auditora de la Fundación Sara María Furman, institución responsable del funcionamiento y operación del teleférico del Cerro Otto de la localidad patagónica de Bariloche. Del informe salta, a través de una nota expresa de la contadora Rudel, una diferencia de 59.365,80 pesos entre lo informado como donación y lo ingresado bajo ese concepto en el balance presentado por las autoridades del Hospital Israelita, antes de presentar el pedido de su propia quiebra. ¿Alguien se quedó con un vuelto?

Por Guillermo Lipis

El viernes 31 de octubre de 2003, el periódico ‘Río Negro’, de amplia circulación en el sur del país, difundía la siguiente noticia destacada:

“(Bariloche) El presidente honorario y fundador de la Fundación Sara María Furman, que opera el Teleférico cerro Otto, don Boris Furman, donó 351.000 pesos para el hospital de esta ciudad y otro tanto para el hospital Israelita de Buenos Aires. La donación representa el objetivo fundacional de la institución que lleva el nombre de la madre de don Boris y se repite anualmente, a lo largo de 22 años”.
“La ceremonia contó con la asistencia de la mayoría de los integrantes del consejo de administración de la fundación, del presidente de la misma, Norberto Delfino (quien también es director del hospital local) y del presidente del hospital Ezrah de la ciudad de Buenos Aires, (Alberto David Astrovsky”…
“La presente donación (N. de la R.: por el 2003) supera holgadamente a la del año pasado (que ascendió a los 200.000 pesos) y también a la del 2001, de 100.000 pesos…”
“En momentos de agradecer la donación, el presidente de la Asociación Israelita de Beneficencia del Hospital Ezrah, (Alberto) David Astrovsky, anunció que en breve se firmará un convenio de cooperación con el hospital local, por el cual el de Buenos Aires capacitará a médicos locales en diferentes especialidades. «Queremos dar algo de nosotros hacia esta comunidad», dijo Astrovsky”.
Ya nadie en Bariloche espera las capacitaciones prometidas por el entonces Presidente del Hospital Israelita Alberto Astrovsky. Sin embargo, están ávidos de recibir alguna explicación por la diferencia aparecida en el último balance del Hospital Israelita Ezra en relación al dinero donado por la Fundación Furman.

“Una notable diferencia”

En el informe de auditoría, bajo el inciso C, la contadora Rudel suscribe que:
“hace aproximadamente 15 días he tenido en mi poder el último Estado contable certificado de la Asociación Israelita al 31/12/2003, donde se ha podido observar una notable diferencia entre los importes por ellos recibidos, por la Fundación entregados de acuerdo a documentación fehaciente y lo contabilizado. Se recomienda pedir las explicaciones pertinentes a la brevedad posible”.
“Continuando con lo expresado en el apartado anterior, en ésta oportunidad, la donación de la Fundación (Furman) es o formaría parte de la cuenta Donaciones, del Rubro Recursos Ordinarios Diversos, por la suma de $ 290.634,20 siendo que los importes donados fueron $ 350.000.”

La contadora Rudel, por lo tanto, dejó asentado un faltante en el registro del balance del Hospital Israelita de $ 59.365,80. Si esta cifra la convertimos al valor dólar de aquella época, estaríamos hablando exactamente de 20.613,12 dólares (al cambio de $ 2,88 por dólar); efectivamente, una notable diferencia.
La noche de la donación, las autoridades del Hospital Israelita agasajaron a las autoridades de la Fundación Furman con una ostentosa cena en uno de los hoteles más caros de Bariloche, hecho que llamó poderosamente la atención de los dirigentes patagónicos quienes, en voz baja, comentaron con extrañeza y hasta cierta molestia el gasto innecesario en el que incurría el Presidente del Hospital Israelita.
Los dineros donados por la Fundación Furman, según sus estatutos, están adjudicados a la adquisición de medicamentos para las personas imposibilitadas de pagarlos.
Nueva Sión intentó comunicarse con el ex Presidente del Hospital, Alberto Astrovsky, para que pudiera descargar su posición. Al momento del cierre no respondió los mensajes dejados en el contestador de su celular ni en el mensaje de fax enviado a su propio domicilio.
Lo cierto es que en el rubro “Donaciones” del Rubro recursos Ordinarios Diversos:
– Figura un importe menor al entregado por la Fundación Furman.
– No aparece ninguna otra donación recibida por el Hospital durante el ejercicio 2002-2003.
– No se especifica que la donación que aparece en el Balance, corresponde a la realizada por la Fundación Furman. Ni siquiera aparece una mención en las notas de los Estados Contables, lo que habla a las claras de una intención de licuar la información o ‘netearla’ (en este caso significa mencionar un número, una cifra neta, sin mayores especificaciones que el mero registro de una donación) de modo de no dejar asentadas mayores precisiones. Este hecho también fue observado por la contadora Rudel.

Si en el balance no aparece esta diferencia registrada bajo la cuenta “Donaciones”, y no existiría ninguna otra cuenta a través de la cual contabilizar este ingreso de modo de quedar debidamente imputada, sería bueno que alguien más se preguntara:

– ¿Dónde está la diferencia de los 59.365,80 pesos ó 20.000 dólares?

– ¿Cuántas otras donaciones recibidas, al estar neteado el rubro o la cuenta contable, no estarían apareciendo en el balance?

– ¿Alguien se habrá quedado con algún ‘vueltito’?

Presente

Mientras tanto, el Hospital Israelita está funcionando adjudicado, precariamente por seis meses con una posible renovación de otro mismo plazo de tiempo, a una cooperativa armada por los trabajadores.
Luego de haber pasado el caso por la mano de cuatro jueces hasta la fecha, al cierre de esta edición, la jueza actual interviniente, la doctora María Elsa Uzal, designó una auditoria médica externa al Hospital y mantiene la aprobación de la cooperativa como la tenedora precaria del funcionamiento de los servicios.
Las autoridades del último Hospital Israelita “Ezra” de Buenos Aires siguen en deuda con sus explicaciones a la justicia pero también a la comunidad que decían representar porque acciones dudosas como las del manejo económico presentado en este artículo provocaron seguramente su quiebra y que organizaciones como la Fundación Furman duden en continuar entregando parte de su recaudación a otras instituciones comunitarias de beneficencia sobre la base de la confianza básica que debe existir.
Debido a ello y a las informaciones vertidas por Nueva Sión, han decidido retener la donación correspondiente al ejercicio 2003-2004 y están evaluando el destino del monto dispuesto del proporcional de sus utilidades.
Según sus estatutos, como alternativa al Hospital Israelita (y dado que la cooperativa no es la continuadora legal del Hospital ni de la Asociación Israelita “Ezra”) ese dinero debería pasar a manos del Hogar Israelita de Ancianos de Burzaco. Eso es lo que está analizando la Fundación Furman, además de estar buscando a Astrovsky para que de las explicaciones del caso. ¿Las dará…?