¿Cuál es la evaluación que puede hacerse de esta edición del Festival?
Muy positiva. Superamos la cantidad de películas del año pasado y la cantidad de espectadores. Es por ello que estamos pensando en la posibilidad de exhibir algunos de los títulos del primero y del segundo festival en clubes e instituciones en el período de tiempo que resta hasta la tercera edición del año próximo.
¿Cuál fue la evaluación de las Instituciones que este año apoyaron su iniciativa?
Estoy muy contento por el padrinazgo de AMIA y me consta que han quedado realmente satisfechos. Todas las organizaciones que nos han auspiciado están muy conformes de poder participar en este proyecto.
Una de sus aspiraciones era la de poder llegar a un público más joven. ¿Finalmente se logró?
Este año, gracias al apoyo de AMIA, pudimos llegar con mayor difusión a clubes e instituciones donde activa la juventud. Sin embargo, no pareció que estos mensajes los hayan motivado.
Todavía debemos seguir trabajando para detectar cómo movilizar a los jóvenes para que vean cine de temática judía.
¿Va a haber algún cambio en la tercera edición para lograr ese objetivo?
Sí. Y les voy a dar una primicia. En el próximo Festival vamos a incluir la organización de un concurso internacional de cortometrajes de temática judía. Vamos a realizar una convocatoria local e internacional a través de las embajadas. Hoy en día mucha gente tiene acceso al formato digital y a filmar, aunque sea en forma casera. Estamos dispuestos a recibir cualquier tipo de cortometraje: ficción, documental, etc. De este modo, seguramente, vamos a incluir a todo un segmento de gente joven que se interesará a partir de la presentación de sus propios trabajos.
¿Cuál le parece que es la imagen que se llevaron de la comunidad judía de la Argentina los directores que nos visitaron para presentar sus films?
Todos los que vienen a la Argentina dicen algo parecido a “si hubiese sabido que era algo tan interesante, divertido, realimentador, hubiese venido antes.” Tanto Dan Wolman -israelí que vive en Israel- y Adam Vardy -israelí que vive en Nueva York- han quedado satisfechos con Buenos Aires, con las actividades que les programamos, sobre todo con el contacto que tuvieron con el público al termino de las proyecciones de sus películas. Manifestaron que se encontraron con un publico interesado y ávido. Destacan la cantidad de publico, que no es usual en los festivales de cine judío del mundo, la inteligencia en las preguntas y la pasión puesta en la discusión.
Así como el cine israelí esta en expansión, cree que se podría producir más cine judío desde la Argentina?
Primero tenemos que diferenciar cine israelí de cine con temática judía. Esto último se puede hacer en cualquier parte del mundo, y el israelí sólo en Israel (y aún así el cine israelí puede ser o no de temática judía).
Incorporamos cine israelí a nuestro Festival porque nos interesa ver la vida cotidiana en Israel, sus conflictos, alegrías, tristezas y apasionamientos.
Con respecto al cine de temática judía aquí, en Argentina, el tema es ocasional y depende del interés de los realizadores. No se puede hablar de una corriente en especial.
El año que viene, por ejemplo, ya tenemos pensado festejar los 30 años de “Los gauchos Judíos” con una copia nueva.
