La coalición del gobierno del Likud se acaba de desintegrarse luego de que Sharón expulsara del gabinete al moderado Partido Shinui por votar contra su proyecto de presupuesto, con lo cual su respaldo en el parlamento se redujo a apenas 40 escaños.
Si Sharón no pudiera formar una nueva coalición, se vería obligado a convocar a elecciones anticipadas, lo cual pondría en peligro su retirada plan de desconexión unilateral de Gaza para el año 2005.
El líder del Likud está intentando asociar al Laborismo y a los partidos ultra ortodoxos.
«Estamos ante decisiones vitales, y es importante que se concrete una coalición amplia y estable» que le permita llevar adelante su plan de retirada de Gaza, afirmó en rueda de prensa.
Sharón, además, afirmó que Israel no lanzará ningún ataque contra los palestinos salvo información de algún atentado que puedan anticipar en medida preventiva.
Ariel Sharón y su principal socio en la coalición de Gobierno, la formación laica Shinui, escenificaron la crisis final del Ejecutivo israelí. El Parlamento rechazó por 43 votos a 69, con el voto en contra del Shinui, el Presupuesto del Estado, abriendo una crisis que presumiblemente acabará con la formación de un nuevo Gobierno de unidad nacional entre el Likud y el Partido Laborista de Shimon Peres.
El enfrentamiento entre el Shinui y Sharón giraba alrededor de una partida de dinero para escuelas ultra ortodoxas, el peaje exigido para votar a favor de los presupuestos por los tres diputados del partido religioso Judaísmo Unido de la Torá.
Furiosos, los 14 diputados laicos votaron contra los presupuestos. Como respuesta, Sharón destituyó a los cuatro ministros de esta formación, con lo que su Ejecutivo queda en minoría parlamentaria real.
«Su objetivo era sacarnos de la coalición e incorporar a los laboristas», interpretó Tommy Lapid de Shinui.
