Los funcionarios israelíes creen que una tregua sólo servirá para facilitar la reorganización y el rearme de los grupos radicales y considera inaceptable las distinciones entre unos ciudadanos israelíes y otros, sea cual fuere las funciones que cumplan.
Sharón le exige a Abu Mazen actúe contra Hamás, la Yihad Islámica y las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa, confisque sus armas y encarcele a sus responsables.
Mientras eso no suceda, y pese a las exigencias americanas, Israel no parece dispuesto a aplicar ni aceptar el “Mapa de Rutas”.
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Dada la difícil situación que persiste en el Medio Oriente, George W. Bush parece dispuesto a involucrarse directa y personalmente en el conflicto. Silván Shalom, ministro de Relaciones Exteriores israelí, anunció la visita a Israel del presidente de los Estados Unidos, quien se entrevistará con Sharón y Abú Mazen.
El jefe de la diplomacia israelí se despachó, también, contra Yasser Arafat a las pocas horas de que la marina israelí interceptara un barco pesquero, con destino a Gaza, en el que se contaron 25 detonadores de granadas; 36 CD-ROM con material para la fabricación de bombas, y sistemas para activar explosivos por control remoto. En el mismo buque fue detenido Mohamed Salem Abu Amra, miembro de Hizbolá, enviado como instructor de las milicias palestinas destinatarias del cargamento confiscado.
Shalom fue determinante: “Esto demuestra, como con la captura del “Karine A”, en enero de 2002 con 80 toneladas de armas, la complicidad de Arafat con el terrorismo palestino. Esperemos que ahora los europeos se convenzan y actúen en consecuencia”.