Irán:

Buscan voluntarios para atacar Israel y Estados Unidos

La agencia americana AP informó que a unos 300 hombres, que llenaban solicitudes en las oficinas de un grupo de asistencia iraní, se les ofrecía tres alternativas de reclutamiento activo: entrenamiento para ataques suicidas contra las fuerzas estadounidenses en Irak, para atentados suicidas contra israelíes o para asesinar al escritor británico Salman Rushdie

A primera vista, dice la noticia aparecida en el periódico “The Houston Chronicle” de los Estados Unidos, parecía una reunión al margen de una sociedad dividida entre sectores moderados que quieren mejores relaciones con el mundo y radicales que pugnan por mayores hostilidades con Estados Unidos e Israel.
Pero la presencia de dos figuras claves -un destacado legislador iraní y un miembro de la Guardia Revolucionaria- aportaron más legitimidad al encuentro y una señal clara de un apoyo, al menos tácito, de algunos miembros del gobierno iraní.
Desde su primer encuentro en junio, en un cuarto decorado con fotografías de funerales de soldados israelíes, las solicitudes para integrar comandos suicidas voluntarios han aparecido en las calles y universidades de Teherán, y el gobierno no parece tener intenciones de impedirlo”.
El 12 de noviembre, día en que los iraníes tradicionalmente realizan manifestaciones en favor de los palestinos, un portavoz de la Sede de la Conmemoración de los Mártires del Movimiento Islámico Global, dijo que al menos 4.000 personas se habían inscripto como nuevos voluntarios.
Mohamad Ali Samadi, el portavoz, expresó -a The Associated Press- que el grupo no está vinculado al gobierno.
Y un portavoz de la cancillería iraní, Hamid Reza Asefi, manifestó recientemente que la campaña no tenía «nada que ver con el gobierno islámico».
Sin embargo, existen indicios de que la campaña de ataques suicidas tiene al menos algo de legitimidad en el gobierno.
La primera reunión fue en las oficinas de la Fundación de los Mártires, una organización semioficial que ayuda a las familias de los muertos en la guerra entre iraníes e iraquíes de 1980 a 1988, o a los fallecidos mientras luchaban por el gobierno en otros frentes. Estuvieron el legislador Mahdi Kouchakzade y el general Hossein Salami, de la Guardia Revolucionaria.
«Este grupo difunde ideas valiosas», expresó Kouchakzade.
«En momentos en que Estados Unidos comete los crímenes que vemos ahora, las naciones oprimidas no tienen otra arma más que el martirio. Es evidente que los responsables de la política exterior iraní tienen que considerar las opiniones dignas de este grupo», dijo Kouchakzade, que también fue miembro de la Guardia Revolucionaria.
Irán sostiene que no está interesado en alentar la inestabilidad en Irak y que intenta frenar cualquier infiltración de insurgentes hacia el territorio de ese país, pero al mismo tiempo asegura que es difícil custodiar su porosa frontera.
En 1998, el gobierno iraní declaró que no respaldaría un dictamen de 1989 contra el escritor Rushdie emitido por el ayatolá Ruhola Jomeini, fundador de la revolución islámica de 1979.
Pero también dijo que sólo la persona que lo había emitido podía dejarlo caducar.
Jomeini, fallecido en junio de 1989, había enfurecido con la descripción que hizo Rushdie del profeta Mahoma en su libro «Versos Satánicos».