Los otros miembros del Gobierno que dejarán sus funciones son la secretaria de Agricultura, Ann Veneman, el secretario de Energía, Spencer Abraham, y el secretario de Educación, Rod Paige.
«El presidente aceptó su dimisión», indicó una fuente de la Casa Blanca.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, minimizó el impacto de las renuncias, «no es que simplemente se vayan», dijo, están entregando cartas de renuncia «lo que no implica que se vayan hoy».
«Seguirán haciendo su trabajo, todos tienen trabajo que hacer y seguirán haciéndolo», dijo, destacando que el fiscal general John Ashcroft había renunciado la semana pasada pero que permanecerá en el puesto hasta que el Senado confirme a su sucesor. Hace unos días también confirmó su partida el secretario de Comercio, Donald Evans.
La renuncia de Powell, de 67 años, ocurre después de meses de especulaciones políticas y periodísticas. La semana pasada el Departamento de Estado había anunciado que Powell viajaría a Chile para participar en la cumbre de la APEC (Foro de Cooperación Asia-Pacífico) y luego a Egipto para estar presente durante la conferencia internacional sobre Irak prevista para el 22 y 23 de noviembre.
Condoleezza Rice, consejera de Seguridad Nacional de Estados Unidos durante los últimos cuatro años y una de las personas más cercanas al presidente George W. Bush, fue elegida para ocupar el cargo de secretaria de Estado tras la renuncia de Powell.
Con su próximo nombramiento, Rice se convertirá en la segunda mujer al frente del Departamento, después de Madeleine Albright, quien ocupó el cargo durante el segundo mandato del demócrata Bill Clinton (1997-2001).
Según múltiples análisis de especialistas en política internacional, la nominación de Condoleezza Rice hace presagiar una mayor profundización de las estrategias conservadoras y agresivas del Presidente Bush.