América

El medioevo cubre al imperio

El miedo y la construcción de un enemigo inasible y fantasmagórico fueron los grandes electores en EE.UU. En el miedo se disolvió el gigantesco fracaso de un gobierno que produjo la destrucción de más de un millón y medio de puestos de trabajo, record en los últimos setenta y dos años. El miedo diluyó, en apenas cuatro años, las repercusiones que un superávit de ciento veintisiete mil millones de dólares se convirtieran en un déficit de cuatrocientos trece mil millones de dólares. Eso obedece a dos motivos fundamentales: el primero, los ciento cuarenta mil millones de dólares que lleva consumido hasta ahora la invasión a Irak. El segundo las desgravaciones y exenciones impositivas para los sectores de mayores ingresos y las empresas. Un cuarto de las rebajas impositivas otorgadas en el período 2001/2003 fue al bolsillo del 1% de los contribuyentes, no casualmente personas con ingresos superiores al millón de dólares. Veintiocho compañías que en el mismo período tuvieron utilidades por cuarenta y cinco mil millones de dólares, no pagaron un peso de impuestos a las ganancias como consecuencia de desgravaciones y diferimientos. Esto ha producido un gigantesco traslado de ingresos de los sectores medios a los que ocupan la cúspide de la pirámide social.

Por Hugo Presman

Joseph Stiglitz, Premio Nóbel de Economía lo afirma categóricamente: “La familia estadounidense media vive peor que hace tres años y medio. El crecimiento no ha beneficiado más que a los que ocupan la franja superior de la distribución de rentas. Los partidarios de Bush preguntan si todo es su culpa. La respuesta categórica es: sí”
Bajo los escombros de las Torres Gemelas, junto a los tres mil muertos, quedaron sepultadas partes importantes de las libertades que enorgullecían a la sociedad norteamericana. Eliminación del derecho de hábeas corpus, juzgamiento militar a civiles, detención e interrogatorios sin autorización judicial, escuchas telefónicas, control de los correos electrónicos, investigación de las lecturas en las bibliotecas.
Los norteamericanos de hoy no recuerdan un pensamiento de Benjamín Franklin: “Aquellos que son capaces de renunciar a libertades esenciales para obtener un poco de seguridad temporaria no merecen ni la libertad ni la seguridad”.
El enemigo y el miedo obstaculizan la visualización de una deuda pública de 7,4 billones de dólares. De un sistema de salud desbalanceado y de un régimen provisional camino al colapso.
Bajo los escombros de las Torres Gemelas se enterró el origen fraudulento de la primera elección de Bush.
Por esas ironías de la historia, el mejor aliado del presidente ha sido su ex socio Bin Laden. Que siempre aparece en circunstancias funcionales para los intereses de su denostado enemigo.
Líder extraño Osama Bin Laden: nunca sus mensajes van dirigidos a sus seguidores. Siempre habla para amenazar a su enemigo.
El miedo paraliza a las sociedades y le hace exhibir sus peores lacras.
El enemigo, cuanto más peligroso, disuelve los desaguisados nacionales, encolumna las diferencias internas y las cubre con el manto del patriotismo.
El miedo puede provocar la transmutación de confiar como adalid guerrero a alguien que escamoteó su presencia en la guerra de Vietnam. Un sujeto que manda a morir, pero cuya cobardía le impidió oportunamente cumplir con lo que obliga a otros.
El miedo es tan narcotizador como el éxito económico. Puede obviar que una invasión fue realizada con mentiras deleznables, como la existencia de armas de destrucción masiva en poder de Irak, cuya inexistencia fue confirmada y hecha pública.
Puede romper toda la cadena de una lógica de razonamiento. Los terroristas suicidas eran saudíes, sin vinculación con Saddam. Más aún, eran de la nacionalidad de un aliado privilegiado.
El operativo Irak era un objetivo anterior a la destrucción de las Torres Gemelas. El derrumbe de estas, sólo aceleró el cumplimiento de la Operación Petróleo.
La instrumentación del terror pudo diluir situaciones confusas del atentado del 11 de septiembre del 2001, y pasar por alto como la familia de Osama Bin Laden salió de EE.UU en un avión especial, a las 48 horas del atentado.
Nuevamente es llamativo como en noviembre del 2001, apenas a dos meses del atentado, las tropas norteamericanas dejaron escapar a Bin Laden cercado en Tora Bora, en Afganistán.
Si Bin Laden no sigue siendo socio de Bush, sus desplazamientos y mensajes, parecen sospechosamente funcionales a los intereses de los sectores concentrados de la economía norteamericana, especialmente aquellos vinculados a los armamentos, al petróleo, a los sectores financieros.

La democracia norteamericana

Presentada como paradigma de un país democrático, resulta mucho menos atractiva en la realidad, que su venta publicitaria. Hay un solo partido con dos alas: republicanos y demócratas. Las elecciones del 2000 fueron fraudulentas. A pesar de ello, en las actuales, no hubo veedores para que con su presencia se garantizara la pulcritud.
El sistema electoral es anacrónico. El que gana, aunque sea por un voto, en cuarenta y ocho de los cincuenta estados se lleva todos los electores al Colegio Electoral.
Es una opinión compartida por algunos medios norteamericanos. “El sistema de votación es un caos” tituló ‘Los Ángeles Times’.
El ‘Washington Post’ también criticó el método eleccionario, afirmando: “En todo caso, nadie en el mundo tomaría el ejemplo de este sistema electoral”.

La sociedad norteamericana

El escritor y periodista Mario Diament, entrevistado para el programa EL TREN, expresó el jueves 28 de octubre: “El 60, 65% de los norteamericanos cree en el diablo; las iglesias de EE.UU, los curas, mejor dicho, los pastores, hablan del demonio como si fuera un vecino. Cuando fue el escándalo de los telepastores, que lo agarraron con un amante ¿Cómo llegó a esto? ¡Por el demonio! Y la gente dice: “Hay que eliminar al demonio, no al pastor“….La gente lo cree. Es un pueblo extremadamente crédulo, especialmente si uno empieza a meterse en el interior, en las iglesias, y ve lo que pasa ahí; es un espectáculo muy impresionante… En EE.UU. la gente se asusta si uno dice que es ateo… El propio Bush no lee el diario… muchos simplemente no se informan…El ‘New York Times’, el ‘Washington Post’, son de elite, los diarios locales no se ocupan de lo que pasa en el exterior, la gente mira televisión adormecida….no estoy seguro de que vean muchos noticieros… Tomen nota de que el programa radial de mayor audiencia es uno de ultra derecha que lo que hace es golpear a todo lo que tenga que ver con alguna noción lejana a la posición del Gobierno. La gente escucha esos programas, y hay muchos… Hay varios pueblos en los EE.UU, en términos de formación, de educación de convicciones religiosas, y el punto de la convicción religiosa es esencial, y es mucho más ésta brecha, que las diferencias acerca de la guerra de Irak, lo que está hoy dividiendo a los EE.UU. Este es un país extremadamente religioso. Es ésta brecha religiosa, la que hace que mucha gente encuentre dudoso a Kerry. No por su posición acerca de la guerra de Irak, sino por su posición frente al aborto, por su posición frente a los matrimonios gay, aunque él se opone, lo sienten tibio en ese aspecto. Son todos estos aspectos que defiende la derecha cristiana. El tema del aborto es central. Si hay un tema que divide a este país, es el tema del aborto… Bush era un tipo que tuvo episodios de alcoholismo, uso de drogas, y con ayuda de su mujer y con la mano de Dios salió de todo eso. Y de allí en más siente que Dios es su guía, quien le dicta las cosas, y de alguna manera sus decisiones. Digo lo que él dice, no lo que yo pienso.”
Esto permite entender como prende un lenguaje tan primario, infantil, como Eje del mal y el Eje del bien.
Con relación a la prensa, el economista Paul Krugman en el ‘The New York Times’ sostiene que el papel de los medios de comunicación norteamericanos es horrible. Una parte de los medios, algunos periódicos o la cadena Fox News forman parte de la derecha y son completamente tendenciosos. Su público cree que Irak tenía armas de destrucción masiva, que había vínculos entre Saddam Hussein y los atentados del 11 de septiembre y que la mayoría de los países del mundo dan su apoyo a los EE.UU. El resto de los medios son, muy, muy prudentes. Por muy escandalosa que sea una mentira, tienden a publicar las dos caras de la historia, que los republicanos dicen una cosa y los demócratas otra. Pero raramente publican o profundizan sobre cual es la verdad. Los principales medios mas o menos reconocieron que hicieron un mal trabajo en la carrera hacia la guerra, no se formularon preguntas, se publicó en grande la versión de la administración y las visiones escépticas quedaron para los últimos párrafos de las páginas de atrás. Pues pese a ello, el traspaso de soberanía a Iyad Alawi en Irak, que es una broma, fue tratado por la mayoría de los medios como algo fundamental… Tal vez por ello muchos votantes creen que las cosas están mejorando en Irak”.
Sobre este mismo tema, Mario Diament afirmó en el programa radial EL TREN: “El 11 de septiembre creó una atmósfera en la que los diarios tuvieron miedo de enfrentarse con sus propios lectores. ….Este mea culpa de los principales medios de los EE.UU refleja hasta que punto la prensa norteamericana está en crisis. Cuando un diario dice nos equivocamos, no está diciendo que nos equivocamos porque nos confundimos o fuimos desinformados, se equivocaron porque eligieron mal, fueron cómplices de la mentira y a mi esto me parece gravísimo, porque se trata de organizaciones que tienen los medios, los recursos, la gente como para hacerse preguntas, que gente que no tenía esos medios y recursos las realizaba con toda simpleza. Durante la crisis de los misiles con la Unión Soviética, al menos, había fotografías que mostraban los misiles en Cuba ¿Con que documentación se dejo la prensa llevar de las narices en la Invasión a Irak?”
Susan Sontag sostuvo: “La prensa norteamericana se ha puesto muy servil y pasiva. El debate se identifica con disenso, el disenso con subversión y la subversión con traición o falta de patriotismo”
La ignorancia del ciudadano medio norteamericano acerca de lo que sucede en el mundo, lo lleva a creer en un 54%, que Saddam tenía armas de destrucción masiva. Esto fue desmentido oficialmente por la comisión que efectuó la investigación. El misterio es que muchos conociendo la mentira, igual votarían por Bush, le mereció a Mario Diament la siguiente reflexión en el reportaje mencionado: “Si te dicen que el diablo no tiene armas, igual es el diablo. EE.UU, siempre ha vivido con una forma de diabolización. Durante un tiempo hasta Noriega fue el diablo y hubo una invasión.”
Paúl Krugman afirma: “Muchos norteamericanos no sabrían que Francia y España son dos países diferentes. …No hay mucha conciencia de lo que ocurre. Solo un puñado de personas conoce en EE.UU lo sucedido con las elecciones en España y los intentos del anterior gobierno de acusar a ETA del atentado de Madrid. Hay mucho desconocimiento”
Tal vez, esta ignorancia no sea intrínseca a los norteamericanos, sino al hecho de habitar territorio imperial. Si a un argentino, se le preguntara sobre lo que pasa en Sudán o en el Chadd, seguramente revelaría un desconocimiento similar. El ángulo de observación enfoca sólo las áreas que considera de su interés. Al ciudadano norteamericano sólo le interesa EE.UU.

La democracia norteamericana en el mundo

Sostienen que son los garantes de la paz en el mundo, pero su presupuesto de defensa es superior a la suma de lo que gastan los catorce países que le siguen.
Desconocen el Tratado de Kyoto de preservación del medio ambiente. Se niegan a formar parte del Tribunal Penal Internacional, que tendría a sus principales funcionarios como acusados. Desconocen lo Tratados de Ginebra sobre el tratamiento que se debe dispensar a los prisioneros de guerra como sucede en las cárceles de Irak y Guantánamo. Se ríen y se pasan por lugares poco elegantes, las decisiones de las Naciones Unidas que afectan o limitan sus intereses. La más reciente fue la votación sobre el bloqueo a Cuba. Sobre 183 países, 179 votaron a favor del levantamiento del bloqueo. Obviamente el bloqueo sigue. Los cuatro países que sufragaron en contra fueron: EE.UU, Israel, Islas Marshall y Palau.
Pensar que Borges afirmaba que “la democracia era un abuso de la estadística”. Siempre equivocado Borges. Está claro que en este orden internacional es un abuso impúdico del poder.
El gobierno de Bush aplica la teoría de la guerra preventiva ejecutada por Hitler. Y cada vez hay más certezas que Bin Laden será ubicado en aquel lugar del planeta en donde EE.UU pretenda apropiarse brutalmente de sus riquezas.

Las elecciones norteamericanas y el futuro

Las elecciones norteamericanas producen el fuerte impacto que la incapacidad, la mentira, la muerte, la ineptitud sean convalidadas en las urnas. En una sociedad instrumentada por el miedo, se votó al terror para desplazar al miedo.
Kerry era una copia anodina de la brutalidad de Bush. O como dice Orlando Barone: “No se termina de saber si Kerry lucía muy complejo por intelectual o muy distante por millonario. O poco distinto por naturaleza de crianza en el mismo imperio”.
Cincuenta y nueve millones de votantes decidieron sobre la suerte de seis mil millones de personas. Es una exteriorización cuantitativa de la democracia en el planeta.
Ciudadanos norteamericanos que enarbolan “los valores morales” que significa entre otras cosas oponerse a los matrimonios gays, el aborto, la investigación de las células madres, a la enseñanza de la teoría de la evolución de Darwin, proponen la incorporación de Dios en la Constitución y la enseñanza. Como dice Jorge Elías en La Nación: “En las ciudades pequeñas de los Estados Unidos, en donde abundan las estaciones de servicio, los templos de creencias varias, los restaurantes de comidas rápidas, nadie invierte más de dos segundos por día, si los invierte, en remorderse la conciencia por la ola antinorteamericana que ha inspirado Bush en el planeta y alrededores. No sintonizan la CNN ni leen el New York Times… Los EE.UU no empiezan ni terminan en Broadway y la Quinta Avenida”.

Es el medioevo que cubre e impulsa el imperio

¿Qué pasará con un Bush convalidado significativamente en las urnas?
Venezuela y Cuba pueden estar entre sus próximos objetivos. La triple frontera, el acuífero guaraní un poco más adelante.
La ignorada reunión de Presidentes Latinoamericanos en Ayacucho, proyectada para el 9 de diciembre, recordatorio del 180 aniversario de la batalla que terminó con el poder español en América, es el único camino posible.
No hay futuro, como en el siglo XIX, sin la construcción de una Nación Latinoamericana. No hay salvación individual.
Los norteamericanos olvidaron la frase de Franklin que mencionamos: “Aquellos que son capaces de renunciar a libertades esenciales para obtener un poco de seguridad temporaria no merecen ni la libertad ni la seguridad”
Hay otra frase de Franklin de aplicación para latinoamericanos: “O caminamos juntos, o nos ahorcarán por separado”.
Juntos podemos lograr un nuevo Ayacucho. Separados, más allá de algunas victorias parciales, sólo nos espera Tacuarembó, Vilcapugio y Ayohuma.

Posdata: el miedo norteamericano, el miedo argentino

Los argentinos sufrimos las consecuencias más atroces cuando fuimos manipulados por el miedo. La triple A, los atentados terroristas descerebrados, abonaron el camino al terrorismo de estado donde el miedo maniató a la población. Recuperado un sistema periódico de elecciones, los golpes de mercado, la hiperinflación, los saqueos, disciplinaron a una sociedad, dispuesta a las mayores concesiones con tal de no padecer esas heridas imborrables en la memoria colectiva. Así fue posible que la convertibilidad se convirtiera en un sacramento inviolable y sobre ella el neoliberalismo consumara la destrucción que hoy padecemos. En 1995, Menem apeló al miedo que si no era reelegido no podrían pagarse los endeudamientos en cuotas. La destrucción estaba a la vista, pero el miedo fue una anteojera poderosa.
Hoy la inseguridad es el instrumento que se usa como ariete. No es que el problema no exista. Se lo hiperdimensiona creando un escenario de miedo, con lo que se abona el terreno para las soluciones equivocadas de mano dura. La otra consecuencia es que de esa forma se produce una sustracción de agenda donde son escamoteados la inclusión, el trabajo, la pobreza, el hambre, la distribución del ingreso.
El miedo es siempre funcional a los poderosos. Romper la lógica del miedo, es el primer paso para dar vuelta la tortilla.