«El gabinete de seguridad decidió permitir el entierro de Arafat en Ramallah. La responsabilidad del orden y de la seguridad en Ramallah correrá por cuenta de los palestinos», señaló la radio.
«Israel nos ha comunicado que su Gobierno aceptó la petición palestina para que el presidente Arafat sea enterrado en la Mukata», declaró por su parte Erakat.
Los palestinos consideran el cuartel de Arafat -donde el dirigente estuvo confinado los últimos tres años- como un símbolo de su «resistencia».
Radio Israel indicó que los palestinos serán los responsables de la seguridad durante el entierro y que el Ejército israelí se encargará de los alrededores de la ciudad. La Policía israelí desplegará refuerzos en Jerusalem Este para evitar posibles incidentes durante el entierro.
A su vez, el vocero de la Presidencia egipcia, Magued Abdel Fattah, ratificó que los funerales, “restringidos y oficiales”, se desarrollarán en El Cairo.
Un clérigo islámico llegó este miércoles, 10 de noviembre, a Francia para acompañar a Arafat en la «fase final» de su vida.
La representante palestina en Francia, Leila Shajid, dijo que el clérigo Taissir Dayut Tamimi no está para «desconectar» a Arafat de las máquinas que mantienen en funcionamiento sus órganos.
«Queda claro, como lo es para el cristiano o para el judío, que un religioso debe estar con su paciente cuando se encuentra en la fase final de su vida. Es por eso que está aquí», dijo Shajid.
Los médicos franceses dijeron que Arafat había caído en un coma más profundo.
Shajid dijo que Arafat continuaba en «un coma profundo» y agregó que se había producido una «complicación en el estado de todos sus órganos vitales». «Está en estado crítico. La realidad es que está en las manos de Dios».
Shajid expresó que los médicos del Hospital Militar de Prácticas Percy trataban de mantenerlo con vida. Los médicos «hacen todo, en la unidad de cuidados intensivos, para tratar de darle una posibilidad».
Aunque el dirigente de 75 años de edad ha estado en coma durante una semana, sus lugartenientes han rechazado toda posibilidad de practicarle la eutanasia.
«Vivirá o morirá en base a la capacidad de su cuerpo para resistir y a la voluntad de Dios», dijo Shaath, uno de los varios funcionarios que se reunieron con los médicos de Arafat, su esposa y el presidente francés Jacques Chirac.
Si bien no existe aún «un diagnóstico completo» de la enfermedad padecida por Arafat, los médicos del hospital militar de Percy descartaron las hipótesis del cáncer o del envenenamiento. Hay una preponderancia en pensar un deterioro provocado por la edad y «la deplorable situación en la que ha vivido en los últimos tres años y medio, confinado en una oficina, prácticamente sin oxígeno».
