Cientos de miles de personas se volcaron a las calles de Montevideo la noche del domingo para festejar el triunfo, que marcó el fin de 174 años de alternancia en todas las elecciones entre los tradicionales -y centroderechistas- Partido Blanco y Colorado.
Conforme a los resultados de las encuestadoras y a la Ley electoral uruguaya, el Frente Amplio se aseguró por lo menos la mitad más uno de los 30 senadores y de los 99 diputados, convirtiéndose en el primer gobierno uruguayo, desde 1966, en no necesitar alianzas parlamentarias para gobernar.
El triunfo electoral «lo logramos porque hubo muchos miles de compañeros, muchos anónimos, que han trabajado denodadamente para llevar el conocimiento de este proyecto a todo el pueblo», comentó.
Los candidatos Jorge Larrañaga, del Partido Nacional y Guillermo Stirling, del gobernante Partido Colorado admitieron el triunfo de Vázquez.
«Voy a ir a saludar a Tabaré Vázquez como presidente», dijo Larrañaga antes de desplazarse a la sede frenteamplista y abrazarse con él ante las cámaras de televisión. Desde otro punto de Montevideo, Sitrling dijo que «la ciudadanía se ha expedido (…) tenemos que reconocer que la voluntad popular es la que se ha expresado».
Los anuncios fueron seguidos, en menos de tres minutos por el estallido de un impresionante festejo. Petardos y caravanas interminables de vehículos haciendo sonar sus bocinas rompieron la calma de Montevideo.
El empobrecimiento del país (que perdió 11% de riquezas, 80% de reservas y 45% de depósitos bancarios en la crisis de 2002, cuando el desempleo llegó a casi 20%) incrementó el apoyo a la izquierda, que desde 1971 creció incesantemente hasta ahora.
Los uruguayos se pronunciaron además a favor de una reforma que consagra a nivel constitucional la estatización del agua.
En las elecciones de 1999, Vázquez había obtenido un 40% de los votos en la primera vuelta, pero después perdió el segundo turno ante el actual presidente, el colorado Jorge Batlle, por 54% a 46%.
Vázquez, fue el primer socialista en comandar (de 1990 a 1995) el gobierno municipal de Montevideo, donde vive la mitad de la población urbana, pero luego derrotado en dos elecciones presidenciales (1994 y 1999), puso entonces fuerte énfasis durante su campaña en el combate a la pobreza.
El triunfo de Tabaré cierra un periplo de cambios en la política latinoamericana que permite la apertura a nuevos horizontes ideológicos en el MERCOSUR.
