El primer ministro israelí, Ariel Sharón, prometió durante la reunión semanal del Gobierno, que nunca permitirá que el líder palestino, Yasser Arafat, sea enterrado en Jerusalem. «Mientras yo sea Primer Ministro, Arafat no será enterrado en Jerusalem», afirmó Sharón.
La reunión de gabinete estuvo casi dedicada a analizar la situación en los territorios luego del traslado de Arafat a París.
Mientras, en Ramallah, el primer ministro palestino, Abú Ala, presidió por primera vez una reunión del Consejo de Seguridad Palestino. En el encuentro, el consejo discutió las reformas necesarias para acabar con los episodios de caos en los territorios, aunque el principal objetivo del encuentro era transmitir un mensaje de tranquilidad y de que las instituciones palestinas siguen funcionando aun sin Arafat.
La atención de los palestinos, de todos modos, sigue anclada en París, donde las versiones oficiales hablan de una mejora del estado de salud general de Arafat.
El domingo, Arafat telefoneó a su ministro de Finanzas, Salam Fayyad, para hablar sobre las dificultades del gobierno palestino para pagar sus salarios mensuales. La Autoridad Palestina, una de las principales fuentes de empleo palestinas, ha tenido problemas para cubrir salarios y los pagos de octubre están atrasados. Arafat le pidió a Fayad que hiciera lo posible para encontrar dinero antes de la festividad del Eid el-Fitr, a mediados de noviembre.
La conversación ha sido vista como una señal de que Arafat se recupera y detenta el control del gobierno.
