Israel y el posible deceso de Arafat

Elaboran planes alternativos

Los médicos de Arafat indicaron, aún en Ramallah, que el líder palestino sufre trombocitopenia, una insuficiencia de plaquetas en la sangre, y que se requieren pruebas adicionales para detectar la causa del problema. A pesar de ello corren fuertes rumores de que padecería un cáncer de estómago desde hace tres años. Según un médico francés, la destrucción de las plaquetas por las células sanguíneas -que normalmente matan los microbios- hace pensar que se trata de un cáncer en estado avanzado. Alrededor del hospital militar de Percy, donde partidarios de Arafat lo esperaban con banderas palestinas y ramos de flores, hay un afuerte guardia periodística y una fuerte custodia reforzada. Una habitación "especial", reservada a las altas autoridades, estaba lista para recibir a Arafat en este hospital militar que dispone del centro de transfusiones sanguíneas del Ejército francés. Los allegados de Arafat llegaron en cuatro limusinas negras al hospital, casi al mismo tiempo en que se aterrizaba el helicóptero. Más allá de la hospitalidad, la recepción del líder palestino en Francia está a tono con el apoyo político que París viene teniendo desde hace años y, más aún desde su elección como presidente de la AP en 1996.

Arafat, quien ya ha viajado a un hospital de París, ha permanecido casi como un prisionero en su cuartel durante los últimos tres años, en parte por el asedio del ejército israelí, los sitios y su propio temor de ser asesinado.
Funcionarios israelíes se apresuraron a conceder el permiso de salida a Arafat por temor a una reacción iracunda del mundo árabe en caso de que le pasara algo. Israel no quiere ser visto como el causante de una posible muerte de Arafat.
En la decisión participaron el primer ministro israelí Ariel Sharón; el ministro de Defensa, Shaul Mofaz y otros altos funcionarios de seguridad.
Participantes de las reuniones señalaron que se habló sobre la posibilidad de la muerte de Arafat y sobre las posibles dificultades que podrían surgir en torno a su funeral.
Funcionarios, que hablaron bajo condición de anonimato, dijeron temer que los palestinos pidan que Arafat sea enterrado en Jerusalem, y que quieran marchar por la ciudad con su féretro.
Aunque no se ha tomado una decisión final, funcionarios han dicho que se oponen al entierro en Jerusalem, tanto por la violencia que puede surgir en el funeral como por la interpretación de los palestinos de que se les reconoció su derecho a reclamar Jerusalem.
El gobierno israelí está considerando permitir la sepultura del líder palestino en un barrio periférico de la ciudad, dijeron funcionarios de seguridad.
Por otra parte, funcionarios de seguridad han presentado planes para enviar más soldados a Cisjordania y evitar un movimiento masivo palestino hacia Jerusalem.
En Israel existen claras evidencias de preocupación ante una potencial escalada de violencia si Arafat llegara a fallecer. Cisjordania y la Franja de Gaza, con unas fuerzas de seguridad palestinas debilitadas, se han convertido en territorios inhóspitos en los que no impera la ley.