Otra cara de la Intrafada

Los desafíos de Arafat

Desacreditado en sectores trascendentes de la escena internacional, Arafat se enfrentará en un breve lapso de tiempo, con tres frentes políticos y dos enemigos internos que pueden decidir su continuidad o su forma de continuidad política al frente de la Administración Palestina. Los frentes: las elecciones municipales, legislativas y presidenciales, el control de Gaza tras la evacuación israelí y el pulso de los reformistas. Los enemigos políticos: Hamás y Dahlán.

Arafat se muestra impotente, ni la sentencia del tribunal de La Haya ni las resoluciones de la Asamblea de las Naciones Unidas le resultan útiles para evitar que Israel continúe el muro de defensa que viene construyendo en Cisjordania o la desconexión unilateral propuesta para fines del 2005.
Además, las nubes en el frente interno le complican aún más el panorama político que tiene por delante. Lo espera tres duras batallas comiciales: las elecciones municipales, legislativas y presidenciales; a lo que se suma el control de Gaza tras la evacuación israelí y el control de dos principales enemigos internos: el Hamás y Dahlán.
La rebelión encabezada por Dahlán el pasado julio; las ansias reformistas de gran parte de Al Fatah, y la presión de una comunidad internacional llevaron a Arafat a convocar elecciones municipales a partir del 9 de diciembre y a anunciar -sin fecha- comicios presidenciales y legislativos en el 2005.
A pesar de las dificultades que impone la ocupación militar israelí, alrededor de un 67% de los electores palestinos -más de un millón de votantes- ya se han registrado en la Comisión Central Electoral para ejercer su derecho a voto. Lo que muchos ciudadanos y observadores palestinos veían como una oportunidad para deshacerse de los corruptos, puede convertir en un panorama aun más complejo si el Hamás, que esta vez ha decidido presentarse a todas las citas eleccionarias, logra hacerse del poder por la vía de las urnas.
Hamás se ha mantenido al margen de la pugna interna en Al Fatah y pretende recoger los frutos, no sólo en los ayuntamientos, sino en el pastel más grande de la franja de Gaza en el caso de que Israel evacue las colonias.
A Dahlán, por su parte, se lo ve muy seguro de sí mismo y conciente de que el tiempo corre a su favor.
En los corrillos de Gaza se afirma que Dahlán ya tiene conformado una especie de ‘Gobierno en la sombra’ y que sólo est{a esperando el momento apropiado para presentarlo en sociedad.
Como se observa, existen varios serctores que están a la espera de la caída del poder de Arafat, situación que incluso bajo estas circunstancias, aún debe suceder en la práctica.