Bush etiquetó a Kerry de liberal, palabra con connotaciones muy negativas en los Estados Unidos y afirmó que su rival no podrá financiar su programa sin subir los impuestos.
Kerry, por su parte, trató de vincular a Bush con la subida del precio del petróleo, que ya alcanza ya máximos históricos.
El debate de esta noche, que se celebrará en la ciudad de Tempe, Arizona, tendrá como eje central la política interna, y se tratarán asuntos como el paro, la economía o la cobertura médica.
Ambos candidatos intentarán convencer a los votantes indecisos, aparente clave en los próximos comicios.
Para los analistas políticos, John Kerry salió airoso de los dos debates anteriores, llegando a colocarse –incluso- en una encuesta hasta un punto adelante de George Bush.
Muchos también opinan que Kerry debería ocuparse, esta noche, de los asuntos que preocupan a la población hispana, en cuya mano podría -también- estar decidir quién será el próximo Presidente de los Estados Unidos.
Encuestas
Según una encuesta publicada ayer por la empresa Zogby, la primera con resultados posteriores al segundo debate del pasado viernes 8 de octubre, el empate es total, con un 45% de apoyo para cada uno de los dos candidatos.
El sondeo revela que Bush es más valorado entre los votantes casados, las familias de los militares y los inversores, mientras que Kerry es el preferido de los solteros, los afiliados a los sindicatos y los más moderados.
Entre los estadounidenses que se han registrado por primera vez para votar en las elecciones, la mayoría apoya al candidato demócrata, un 49%, frente al 42% de Bush. De los que ya votaron en ocasiones anteriores, un 48% respalda a Bush y un 43% a Kerry.
Otro dato a tener en cuenta es que Bush cuenta con una abrumadora mayoría, 75%, entre los ciudadanos que consideran que la guerra contra el terrorismo es prioridad número uno, mientras que Kerry es el más apoyado entre los que opinan que la economía, la educación e Irak son los asuntos principales.
