La protesta iba a realizarse, originalmente, frente al edificio de la AMIA y estaba convocada por las instituciones comunitarias centrales.
Pero el domingo 5 de septiembre cambió el curso de la misma. Al respecto, Sergio Burstein afirmó que las autoridades de las instituciones centrales, al ver la cantidad de mensajes de indignación recibidos por la sociedad civil y organizaciones no gubernamentales, decidieron dar un paso al costado (respecto al liderazgo de la convocatoria) y promover un llamado de los familiares, generalizado y sin banderías políticas”.
“La convocatoria es contra la impunidad y la injusticia” -agregó Burstein-. El esposo de Rita Worona -fallecida en el atentado- aclaró que la marcha “no es contra el fallo judicial, el fallo es algo más de una cadena de hechos. La marcha aspira a señalar lo que ocurrió y a elevar las banderas contra la impunidad y la injusticia”. Más adelante instó al público a concurrir con un paraguas y no con una vela, tal como sucediera en la masiva concentración sucedida luego del atentado, allá por 1994, en la Plaza de los Dos Congresos.