Francia:

La policía detiene a un judío por el incendio del centro sefardí

El pasado 9 de julio, una mujer simulaba haber sido atacada en un tren por el mero hecho de ser judía; el 9 de agosto, Michaël Tronchon profanaba un cementerio judío en Lyón porque quería vengarse de los “musulmanes”; el pasado 22 de agosto ardía en París el Centro Social Sefardí y hoy varios indicios parecen condenar como autor del incendio a Raphaël B., un judío sefardí de 52 años.

Los tres actos o atentados de apariencia antisemita fueron acompañados de condenas unánimes de la clase política francesa, del Presidente de la República, Jacques Chirac, el alcalde de París, Bertrand Delanoë, pasando por el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, el titular de la cartera de Justicia y los líderes de la oposición. El primer ministro israelí Ariel Sharón invitó incluso a los judíos franceses a emigrar a Israel para escapar de los supuestos peligros que vivían en las ciudades francesas, y el ministro de Exteriores israelí, Silvan Shalom, visitó las ruinas del incendio el pasado 25 de agosto para reclamar que la firmeza verbal contra el antisemitismo de las autoridades francesas «se tradujese en actos».
Raphaël B. ha resultado ser un hombre bajo tratamiento psiquiátrico, que trabajaba en el propio Centro Social Sefardí incendiado que, según parece, pintó con cruces gamadas para después prenderle fuego. ¿Por qué lo hizo? Según informaciones emanadas a partir de la investigación policial, el motor de Raphaël B. sería el saber que iba a ser despedido, hecho que implicaría también la pérdida de la vivienda de la que era beneficiario.
Los policías sospecharon de este hombre al descubrir que el candado de la puerta de servicio del centro destruido había sido violentado desde el interior. Eso, unido a su extraño comportamiento, hizo que fuese interrogado de nuevo, pero ya no sólo como testigo potencial. Raphael B. se entregó a la policía. El paso siguiente fue su confesión.