En una reunión del Gabinete muy tensa, uno de los ministros le preguntó por qué no presentaba al Gobierno antes que al Likud los plazos de la retirada. Sharón respondió que «nada me va a impedir llevar a cabo mi plan de evacuación. Nadie puede atarme de pies y manos».
Esta última maniobra de Sharón tiene que ver con la oposición de los colonos a la retirada de Gaza dado que algunos de ellos han advertido de que utilizarán sus armas para evitar la evacuación si fuera necesario.
Como ninguna institución quería hacerse cargo de la retirada, se decidió una distribución de tareas propuestas por el ministro de Defensa, Saúl Mofaz: la Policía se encargará de la evacuación de los civiles y el Ejército de la retirada en general (todo previsto para diciembre de 2005). Hasta entonces, el Ejecutivo deberá indemnizar a los colonos y se propone pagar antes del 15 de septiembre los anticipos a quienes acepten retirarse voluntariamente de la zona.
