Aunque casi la mitad de la población habita en hogares pobres, entre los niños ese flagelo es superior, al ubicarse en el 63,4% porque sus familias carecen de ingresos suficientes para adquirir bienes y servicios básicos.
El muestreo indica que la miseria es elevada también entre los jóvenes y adolescentes de 14 a 22 años, con el 57,8%.
Del informe oficial, que abarca a 28 regiones (excluye a las zonas rurales), surge que habría 3.700.000 niños viviendo en condiciones infrahumanas, aunque si los datos se proyectan a nivel nacional, la cifra alcanzaría los 6.000.000.
En la región metropolitana, con el 63%, la indigencia infantil es casi similar al promedio nacional, pues de poco más de 3.000.000 de menores que viven en Capital Federal y el Gran Buenos Aires, casi 2.000.000 se encuentran en esa situación, precisó el INDEC.
Las estadísticas concluyen que el fenómeno es más grave en los pequeños, debido a que en los hogares de escasos recursos las familias, y en especial los menores, son más numerosas, y en esas casas el ingreso debe alimentar a más personas.
El pico de gravedad social se alcanzó a fines de 2002, cuando los datos del INDEC arrojaron una pobreza del 57,5% de la población urbana mientras que entre los menores de 14 años fue del 73,5%.