El último Qassam dejó cinco soldados israelíes con heridas leves, consignó el diario israelí ‘Haaretz’.
El Ejército israelí decidió imponer «un asedio aéreo» con el fin de evitar que los hombres de la Yhijad entren en las ruinas de tres asentamientos en el norte de la Franja de Gaza desde donde, frecuentemente, se lanzan los cohetes.