Aparecido en ‘ABC de España’ -20 de septiembre de 2005-:

Una gran coalición sin Merkel ni Schröder se abre como la mejor salida para Alemania

Un punto muerto en la negociación de una coalición que asegure la gobernabilidad alemana empujaría necesariamente a la repetición de las elecciones. Cuatro combinaciones de gobierno, al menos, podrían salir de unas elecciones anticipadas con las que el canciller federal, Gerhard Schröder, sólo logró volver más confusa la situación política. La oposición democristiana por su parte se ha visto privada del mandato necesario para aclararla. Para temor de la Unión Europea (UE) y la empresa, el primer país europeo parece arrojado a un limbo por varios meses.

Ninguno de los bloques conocidos, sea CDU/CSU y Liberales (44%) o SPD y Verdes (42,4%), suman una mayoría de gobierno, habiendo descartado ambos conversaciones con La Izquierda-PDS, en cuyas filas militan los ex comunistas de la RDA. La matemática electoral impone formaciones más novedosas, de las que la única probada es la concentración en una «gran coalición» de SPD y CDU, tan solemne como inválida. Liberales (FDP) y Verdes pugnan por valorizarse como bisagras y evitar que una gran coalición los deje en el anonimato político.
Un trío con la ganadora CDU/CSU, llamado ya aquí ‘jamaicano’ por los colores políticos, recibió ayer buenos gestos de los tres implicados, pero las animadversiones son varias y acendradas. El rechazo del FDP, convertido en tercera fuerza, a apoyar al actual gobierno también descarta de entrada esta opción.
Pero la propia iniciativa se la disputan Angela Merkel y el canciller Schröder, que no concede la ventaja. Aún así, la propia desaparición de uno, otro o los dos podría facilitar los arreglos. El pobre resultado y el futuro de Merkel están siendo ponderados en estos momentos en su partido y, pese a la astucia política de esta mujer, podría serle inopinadamente mortal.
Rumores envenenados se hacen ya circular sobre un gobierno presidido por el ambicioso experto financiero de la CDU, Friedrich Merz, al que Merkel desplazó hace meses. Uno de los fracasos que los observadores achacan a Merkel ha sido la introducción de un debate financiero y fiscal que la CDU no deseaba y que Schröder ha devuelto con honda y feroz puntería.
El incentivo del Este, de donde provenía, no ha funcionado y la antigua RDA, como afirmaba el ‘Leipziger Volkszeitung’, ha castigado a Merkel. Pero un resultado paralelo y tampoco esperado ha sido la histórica caída de resultados para la CSU, la subsidiaria de la CDU en Baviera, por debajo del 50%. De Stoiber, celoso rival de Merkel, se escribía ayer por primera vez que tal vez “su hora ha pasado”. El premier bávaro dio la espalda al Este, por azuzar el ánimo nacionalista en Baviera, aún en perjuicio de la CDU local, y al final su región no se lo ha pagado.

El peor resultado

El jefe liberal, Guido Westerwelle, intentó zanjar alternativas, alegando que bajo ningún concepto su partido aceptaría formar coalición con SPD y Verdes, el llamado semáforo rojo-amarillo-verde, recordando que días antes el congreso del FDP fue unánime en contra. Pero ayer se filtraban también divisiones sobre una coalición experimental con sus archirrivales Verdes, a la sombra de la CDU.
La esfera económica se mostró tan preocupada que uno de los consejeros del Banco Central Europeo, Klaus Liebscher, calificó “el punto muerto como el peor resultado que podía esperarse, para los intereses de Alemania y de Europa”. Ante un punto muerto absoluto en los próximos meses, tampoco puede descartarse una repetición de las elecciones, lo que paralizaría probablemente a Alemania hasta dentro de seis meses.