Aparecido en el ‘The New York Times’ -29 de Julio de 2005-:

“Héctor Timerman: El Cónsul Argentino que guía a los inmigrantes”

Hace 26 años, siendo un joven refugiado político argentino, Héctor Timerman, tenía temor de preguntar por una calle a un oficial de policía. Cuando el propietario del departamento que alquilaba en Greenwich Village incumplió su deber de proveer calefacción, simplemente decidió mudarse. Cuando debió presentarse ante un Juez para pequeños reclamos, temblaba recordando a los jueces en Argentina bajo la dictadura militar que habían encarcelado y torturado a su padre. Hoy, el señor Héctor Timerman (51) es el Cónsul General de una Argentina democrática en Nueva York, una ciudad donde se siente completamente como en casa. No obstante, no ha olvidado lo que significa ser un recién llegado. Timerman acaba de publicar la primera guía del consulado para los inmigrantes argentinos en el área metropolitana de Nueva York, que estima en unos 100.000, entre legales e ilegales.

Por Nina Bernstein

Muchos son parte del éxodo que comenzó 1994 y aumentó a partir del colapso económico argentino en 2001. Justamente estos están mucho más necesitados y tienen más posibilidades de estar ilegales en los Estados Unidos, que aquellos inmigrantes que llegaron durante los años 60 o los que entraron como refugiados políticos, como el señor Timerman, cuyo padre, el distinguido periodista Jacobo Timerman, fue uno de los más famosos prisioneros de la junta militar.
En épocas de creciente hostilidad por la inmigración ilegal, Timerman es perfectamente consciente del riesgo diplomático que implica presentar esta guía gratuita de 115 páginas, que responde a 195 preguntas en castellano para encarar la vida en esta ciudad, o como él mismo dice «desde cómo comprar una pizza a cómo reclamar ante un caso de brutalidad policial».
Timerman enfatiza que los 5.000 ejemplares serán distribuidos exclusivamente a quienes ya han emigrado, a diferencia del folleto del gobierno Mexicano que causó furor por que instruye a los potenciales emigrantes sobre como entrar ilegalmente en los Estados Unidos sin ser detectados.
«No promovemos la emigración de Argentina, sino todo lo contrario» dice Timerman, quien regresó a Argentina en 1989, luego de pasar una década en Nueva York, desde donde contribuyó a fundar la organización ‘Human Rights First’. «La realidad es que ya están aquí. Yo tengo que velar por ellos. No podemos abandonarlos, por que son parte de la sociedad Argentina».
Durante una entrevista en el consulado, una mansión de estilo neogorgiano en el 12 West de la calle 56, a pocos metros de la 5ª avenida, el señor Timerman, reflexionaba sobre las idas y vueltas de la vida que hacen necesaria a una guía como esta, y que fuera justamente él mismo, nieto de humildes inmigrantes rusos – judíos, quien esté en posición de publicarla.
Históricamente Argentina ha sido un país de inmigración. Pero en 2001 se produjo el colapso de la economía. Ya sea que culparan al FMI o la corrupción de sus propios gobernantes, los argentinos no podían siquiera cobrar el cheque de sus sueldos en el banco. Las cuentas bancarias fueron congeladas y el 55% de la población quedó sumida en la pobreza. «La gente no veía un futuro, en especial para sus hijos», dijo el Cónsul.
La mayoría de los que emigraron fueron a España o Italia, pero muchos vinieron a los Estados Unidos, que entre 1994 y 2002 había incluido a Argentina entre los países cuyos ciudadanos no requerían visa para visitar los Estados Unidos.
Para cuando los argentinos fueron excluidos del Visa Waiver Program, cientos de miles que habían llegado como turistas ya estaban trabajando ilegalmente, tratando de reconstruir sus vidas.
Actualmente la economía está mejorando y algunos argentinos están regresando. Ernesto Seman, director de Asuntos de la Comunidad del consulado dijo que unos cuarenta casos por mes se presentan para solicitar los formularios aduaneros necesarios para ello. No obstante muchos otros preguntan como sobrevivir en Nueva York.
A fin de ilustrar lo necesario de esta guía, el señor Seman quien la escribió, recuerda el caso de una señora que esperaba para renovar su pasaporte y su palidez motivo que un empleado le preguntara repetidas veces si se encontraba bien. Finalmente informó que sufría una infección urinaria desde hace 3 semana, y que no había buscado atención médica por temor, ya que era una inmigrante ilegal. Para cuando fue tratada, sigue diciendo, debió pasar una semana en el hospital.
La guía que está disponible en el consulado detalla los servicios de la ciudad disponibles para esos inmigrantes incluyendo hospitales públicos, y enfatiza que los trabajadores no deben declarar su status migratorio. Así mismo ilustra sobre aspectos prácticos tales como establecimientos para canjear cheques, sitios webs para buscar departamentos, lugares de tango y panaderías argentinas que «ayudan con la nostalgia», dice Timerman.
Su propia nostalgia salió a la luz cuando descubrió que el fotógrafo que acompañó a la cronista para este articulo, fue el mismo que tomó sus fotos en 1979. Entonces, huía de un régimen que mataría a miles de desaparecidos, entre ellos el padre y el tío del señor Seman.
«Yo fui muy afortunado» dijo el señor Timerman, recordando a influyentes americanos que lo acogieron, incluyendo a miembros de la administración Carter y a Osborn Elliott, entonces Decano de la Facultad de Periodismo de la Universidad Columbia, quien rápidamente gestionó que publicaran un artículo de fondo en Newsweek y lo impulsó para que obtuviera una Maestría en Relaciones Internacionales.
«Después del 11 de Septiembre se ha producido una reacción negativa hacia los inmigrantes», dijo «pero no obstante este sigue siendo el único país en acercarse tanto a los inmigrantes».