La fusión Hebraica - Hacoaj:

Historia de un fracaso

Para quienes no conocen a los clubes de la comunidad judía, la integración de Hebraica y Hacoaj, sería el equivalente, salvando las distancias, a la fusión entre Boca y River. Todo sonaba muy bien. El país estaba en crisis, la comunidad estaba destruida. - ¿Qué sentido tenía mantener dos sedes en Capital con tan poca distancia entre una y otra?, frases como “unirnos nos hace más fuertes”, “nos une más de lo que nos diferencia” se oían cada vez más... Los dos clubes más grandes de la comunidad judía y, quién sabe, de Latinoamérica, pasaban a ser uno. El Joint acompañaba con dinero y profesionales, campañas de socios a precios bajos con derecho a ambas instalaciones... los de Hacoaj en la pileta de la calle Sarmiento, y los de Hebraica remando en el Tigre. Y entre tantos proyectos y tantas ilusiones algo se rompió. ¿Será que las reposeras de la pileta de Hacoaj no alcanzaban con tanta gente nueva? ¿Será que los socios de Hacoaj se tiraban estilo “bomba” en la pileta de natación de Hebraica? ¿Qué fue lo que realmente destruyó uno de los proyectos más importantes de la comunidad judía en los últimos años? Para saberlo entrevistamos a ambos presidentes e intentaremos entender este fracaso de boca de los propios impulsores del proyecto. Mientras tanto, hay un grupo de socios de ambas instituciones que trabajan conjuntamente para mantener vivo el proyecto y juran que con el cambio de autoridades durante este año, la integración volverá a ser un sueño posible. Sin apresurarnos a conclusiones rápidas, ofrecemos ambas entrevistas para tratar de entender por qué, una vez mas, la voluntad de la mayoría no alcanza para alcanzar la concreción de un proyecto.

Por Roberto Moldavsky

José Scaliter, Presidente de Hebraica:

“El proyecto se cayó por la escasa visión y el egoísmo de algunos pocos dirigentes de Hacoaj”

¿Cómo empezó la historia de la fusión?

Nosotros veíamos, en una lectura de la realidad, una comunidad judía que decrecía por empobrecimiento, asimilación y exilio, y se vislumbraba una hecatombe. Cada día se hacía más difícil mantener a estas instituciones que se mantienen de la cuota del asociado.
Además crecía notablemente el número de becas. Todo esto nos pintó un panorama en el que no había otra salida que unificar instituciones.
Soy un convencido de que hoy existen más instituciones de las que la comunidad necesita.

¿Cuál era la situación de Hebraica en ese momento?

Hebraica estaba equilibrada en un punto de equilibrio mínimo donde cualquier tipo de variación nos complicaba y, fundamentalmente, teníamos que hacer frente a un crédito del Citibank que fue avalado en forma personal por los anteriores directivos de la institución, que para nosotros era importante honrar esa deuda.
Además el costo operativo de la institución tenía siempre un ligero déficit… es como cuando uno esta viendo la crónica de una muerte anunciada.
A raíz de esto tuve una primera comunicación informal con gente Macabi que quedo ahí.
Luego hablé con Juan Ofman que coincidió con mi análisis y él me propuso que se reunieran los directores ejecutivos de ambas instituciones y armen el tema. Por eso quiero destacar que, desde un principio, Juan Ofman y su Comisión Directiva -de ese entonces- entendieron que era un camino que debíamos iniciar.
Y una de las cosas más tentadoras era unir una institución como Hacoaj, cuyos esfuerzos están más enmarcados hacia lo deportivo, y Hebraica, que apunta más a lo cultural.

¿Y por qué no se pudo?

Nuestro primer error fue creer que lo que teníamos en común (somos todos judíos y tenemos la misma problemática) era más fuerte que los que nos diferenciaba.
Y además, creí que todos teníamos en claro cuál es nuestra misión como dirigentes de la comunidad judía: desarrollar la cultura judía y que cada vez haya más gente en nuestras instituciones…pero evidentemente no todos los dirigentes tienen claro para qué están en sus cargos.

¿Sintió que del lado de Hacoaj no compartían su visión?

En ese momento no. Incluso fuimos juntos al Joint que tomó este caso inédito como un “caso testigo” y nos brindó ayuda material y profesional.
En aquel momento se decidió unir los staffs y, por historia, tomar nuestra sede Sarmiento como la sede Capital, dejando el tema de las otras sedes para más adelante.
Usábamos “Estado de Israel” (la sede Capital de Hacoaj) porque tenía gimnasios más aptos para el deporte competitivo de primer nivel, y además la presidencia y tesorería.
El problema vendría después, con el cambio de autoridades de Hacoaj.

¿Qué se hizo con los empleados que ‘sobraban’ después de la unión?

Se realizó un trabajo profesional de selección tratando de equilibrar número de cargos para cada institución y re ubicar, en nuevos trabajos, cuando se podía (de hecho se hizo con la mayoría). Además el Joint puso el dinero para pagar indemnizaciones en los casos que resultó necesario.
Allí empiezan a aparecer las discrepancias producto de las distintas visiones, pero a nivel económico los ahorros que teníamos eran importantísimos, cosa que la actual Tesorería de Hacoaj minimiza y la de aquel entonces consideraba trascendente.
Las diferencias arrancaban desde el nombres de los campamentos comunes (Hebraica los quería en hebreo y Hacoaj en castellano) y llegaban a que los socios de Hebraica no querían que sus chicos entrenen en el Tigre en los deportes de campo (lo que significaba un ahorro de $ 100.000 anuales).

¿Que decían los socios de Hebraica acerca de la fusión?

De eso estoy muy orgulloso, todo el Consejo Directivo y la gente que me apoyó en dos elecciones, con la bandera de la fusión, siempre apoyaron este proyecto.
Incluso la lista opositora, que además mantenía una posición muy agresiva con nosotros, nunca se opuso a la fusión con Hacoaj.

La oposición no parecía muy contenta como se manejaron las elecciones donde, aparentemente, hubo algunos manejos no muy claros en este tema.

Es absolutamente falso, nosotros ganamos las elecciones con una alto porcentaje de votantes, y muchos de los que pertenecían a la oposición hoy están trabajando con nosotros.

Hubo gente de Hacoaj que se quejaba de la enorme cantidad de gente de Hebraica que concurría el fin de semana al Tigre. ¿Escucho algo de eso?

Por supuesto, el mismo Juan Ofman (Presidente de Hacoaj) me lo comentaba, pero es ridículo, lo máximo de gente de Hebraica que fue en un fin de semana a Hacoaj fue 80 personas.
Lo que sí fue un éxito inédito fue el proyecto “Integrate” que permitía a los nuevos socios pertenecer a ambos clubes y a menor precio.
Hubo una socia de Hacoaj que una vez me dijo que desde que iban los socios de Hebraica al Tigre, los baños estaban más sucios…pero eso creo que no da para generalizar…la mayoría quería este proyecto.

Existe información en el sentido que Hebraica le debe dinero aún no liquidado a Hacoaj, ingresado a la sede Sarmiento. ¿Qué hay de cierto en este dato?

De ninguna manera y pongo a disposición toda la documentación existente en este tema. Incluso un documento conjunto firmado por ambos presidentes donde se deja constancia que no existen deudas viejas entre ambas instituciones.
Lo tengo que decir con todas las letras: este proyecto se cayó cuando entró la nueva Comisión Directiva de Hacoaj. No tengo ningún tapujo en decirlo, el nuevo Tesorero, el Departamento de Educación Física y el actual Vicepresidente de Hacoaj son los responsables de que este proyecto cayera porque no quisieron la integración y trabajaron en contra.
Cuando terminó el tema de la urgencia dijeron: – vamos a cortarnos solos. Y ejercieron una presión terrible sobre Juan Ofman.
Este proyecto se cayó por la escasa visión y el egoísmo de algunos pocos dirigentes de Hacoaj.

Hay socios de Hacoaj que son llamados desde Hebraica para asociarse. Esto produjo cierto malestar, qué pasó ahí?

Es cierto, pero surgió a raíz de un error en las listas y ya di orden de revisarlas y no llamar más a socios de Hacoaj. Pero lo duro es que entre los dirigentes de ambos clubes, hoy, no hay posibilidad de diálogo .

¿No será que había pocos puestos para muchos dirigentes?

No de ninguna manera…yo he dicho en muchas oportunidades que ojalá yo sea el último Presidente de Hebraica….
Estábamos casi integrados, habíamos avanzado muchísimo y ahora ambos clubes, y especialmente la tesorería actual de Hacoaj que tanto se opuso a esta unión, nos vamos a dar cuenta de las dificultades que vamos a tener.

¿Cómo respondió el Joint a este fracaso?

Fue una vergüenza, este proyecto había sido presentado en varios congresos y que ahora caiga por peleas entre dirigentes…

¿ Siguen buscando alguna integración?

Seguro, ya estamos explorando nuevas posibilidades porque el futuro de una Hebraica sustentable depende ello.

Juan Ofman, Presidente de Hacoaj:

“Hebraica nunca cumplió con lo acordado”

¿Cómo surgió la idea de la unificación con Hebraica?

En el año 2001, Argentina estaba atravesando una crisis económica, social y política de características tremendas. En ese contexto, con el objetivo de generar ahorros para ambas Instituciones, pensamos en crear el SAC (Servicios Administrativos Compartidos) junto con Hebraica. El SAC era una estructura que nos permitiría compartir recursos en áreas administrativas como Compras, Personal, Contabilidad, Sistemas, etc. Nos propusimos, además, sumar a otras instituciones a este servicio.
Para adecuar nuestras oficinas al funcionamiento del SAC hicimos una serie de reformas edilicias en la sede Capital de Hacoaj. Esto fue en octubre de 2001 y nadie podía imaginar la debacle que se desataría dos meses después en el país, a pesar de que ya veíamos algunos síntomas, como la importante caída en el padrón de asociados de Hacoaj.
A finales de 2001 nos dimos cuenta que no alcanzaba con sólo juntar la áreas administrativas. Por eso decidimos unir, con Hebraica, una serie de actividades para los socios, la mayor parte de estas en el ámbito de la Capital Federal pero nunca se pensó en una unión patrimonial.

Por eso no le gusta cuando se habla de fusión…

Tal vez hubiésemos podido hablar de fusión luego de varios años de proceso de integración que, por definición, era gradual: comenzó con el SAC y siguió con la unificación de la oferta de actividades.
Cualquier otro paso, que implicaría una fusión de patrimonios, hubiese significado un estudio y un trabajo delicado y profundo y, por supuesto, el tratamiento y aprobación en asambleas de socios.
No nos olvidemos que, por ejemplo, Hacoaj tiene centenares de socios residentes, con propiedades en las sedes del club, sólo por mencionar uno de los aspectos a tener en cuenta en una posible fusión.
De todos modos, unimos programas de actividades en un tiempo record. Hacoaj con sus fortalezas en lo deportivo, y Hebraica con su fortaleza en lo cultural.
Hacoaj trasladó de inmediato su actividad recreativo-deportiva y cultural de los días de semana a la sede Sarmiento, haciendo frente a la crítica de muchos socios que hacían actividades en la Sede Estado de Israel. Cumplimos a rajatabla nuestra parte del convenio. En cambio, Hebraica debía trasladar su actividad deportiva a las sedes de Hacoaj y no lo hizo.
En el año 2002 unificamos el staff profesional con criterios con los que no siempre estuvimos de acuerdo, pero en los que cedimos en pos de sostener la integración.
A fin de ese año, en la Sede Capital de Hacoaj sólo quedó el Consejo Directivo, nuestro cuerpo médico (que era y es excelente) y el uso de los gimnasios por parte de nuestros deportistas, gimnasios que -dicho se de paso- son de características únicas y superiores a los de cualquier otra institución comunitaria.
Hicimos todo esto para respetar las reglas de la integración. Trasladamos hasta la última silla de la administración (que por otra parte era de mejor nivel) esperando que Hebraica trasladara su actividad deportiva a las sedes de Hacoaj para cumplir cumpliendo su parte del acuerdo.

Y esto no ocurrió…

Así es. Llegamos a finales de 2003 esperando, solicitando y rezongando para que alguna vez Hebraica viniera a las sedes de Hacoaj e hiciera su parte… Y esto nunca se logró. También decían que no querían que sus socios viajaran al Tigre a entrenar durante la semana, cosa que los socios de Hacoaj hacen desde hace años sin que nunca hubiese pasado nada. En cambio, Hebraica continuó alquilando espacios para actividades en la Capital.
En octubre del 2002 había asumido en Hacoaj una nueva Comisión de Deportes que preparó un plan de integración gradual de la estructura deportiva, proyecto que fue presentado por Hebraica. Entre otras cosas, en ese plan hablábamos de la “integración de vestuario”, es decir, favorecer la interacción entre deportistas de los dos clubes, de ir a Macabeadas con el mismo equipo en algunos deportes, para que de a poco los socios pierdan el miedo a compartir su camiseta… El hecho es que en ningún momento recibimos, de parte de Hebraica, una respuesta a este plan propuesto, excepto en Futsal, deporte en el que realmente les venía muy bien usar nuestros gimnasios en la Sede de Estado de Israel por sus dimensiones … El resto fueron dilaciones. Insisto, nunca cumplieron con su parte de lo acordado.

¿Cuál fue la gota que derramo el vaso, entonces?

Los primeros cortocircuitos comenzaron a mediados del 2003, especialmente en el área administrativa. Los directivos de Hacoaj considerábamos que no teníamos toda la información con fluidez que necesitábamos por parte del SAC, especialmente en el manejo de la caja.
Al inicio del SAC, y mientras operó en la Sede de Estado de Israel, la chequera de Hebraica jamás salió de la Sede Sarmiento. A esta altura, nosotros empezamos a sentir que entregamos todo a cambio de nada, con un costo político y económico enorme. Así se lo expresamos a los amigos de Hebraica en ese momento.

¿No eran quizás pocos puestos para muchos dirigentes?

Nada que ver. De hecho, nunca planteamos este tema ni nosotros ni Hebraica. La gente que se mete en el trabajo dirigencial comunitario resigna mucho de su vida personal. No sobran dirigentes, tal vez sobren candidatos.

Entonces, en resumen, podemos decir que Hacoaj dio todo, casi ingenuamente, y Hebraica no dio nada….

No hemos actuado con ingenuidad. Lo hicimos con la convicción de que estábamos encarando un camino difícil pero necesario para dar respuesta a los tremendos problemas que aquejan a nuestras instituciones y a la Comunidad.
Sin embargo, había dirigentes de Hebraica -no digo que con mala intención- que tenían un proyecto distinto, de absorción y no de integración. Mientras el proyecto se encaminaba hacia una absorción de Hacoaj por parte de Hebraica, todo anduvo sobre rieles. Cuando en el 2003 empezamos a exigir la contrapartida, comenzaron los pretextos y las dilaciones. Nosotros no queríamos, no necesitábamos, y no nos correspondía ser absorbidos por Hebraica. Todos los costos de la integración los asumimos nosotros y ellos no arriesgaron nada.

¿Qué sintió cuando tuvieron que decirle al Joint que el proyecto se caía, luego del enorme aporte que ellos hicieron para esta integración frustrada?

Antes que nada, quiero mencionar especialmente la enorme labor del Joint, no sólo en este proyecto, sino en general hacia todo la Comunidad Judía Argentina. No quiero imaginarme que hubiese ocurrido con nuestra Comunidad en la terrible crisis que se desató en el 2001 y explotó en el 2002, sin la presencia, la actuación y la colaboración del Joint. Nosotros le fuimos informando al Joint todo lo que estaba ocurriendo, por lo que no tuvimos problemas en comunicarles, también, que el tema no daba para más. Otro tema muy importante: Hacoaj está reintegrando al Joint, desde mediados de 2003, el préstamo recibido, de acuerdo a los plazos y montos convenidos.
Como Presidente de Hacoaj -siempre acompañado por el Consejo Directivo de la Institución- asumo toda la responsabilidad por lo realizado en el marco del proyecto de integración, así como por su finalización. Hacoaj siempre cumplió con su parte en el compromiso asumido y afirmo que no fuimos compensados con la misma moneda.

Por ultimo, ¿qué hay de los rumores sobre algunos problemas de liquidaciones de dinero de Hebraica hacia Hacoaj?

En febrero de este año yo mismo di la orden de poner las cuentas con Hebraica en cero a esa fecha, incluso resignando saldos de dinero a nuestro favor, para poner punto final a esta cuestión.
Sin embargo, hay una serie de compensaciones que Hebraica debe abonarle a Hacoaj, por el ‘Plan Integrate’, que aún estamos reclamando. El ‘Plan Integrate’ sumó socios a ambas instituciones con rebajas en la cuota para socios de una u otra que presentaran un socio nuevo. El costo de estas rebajas -según lo acordado- debía absorberse en partes iguales por ambas Instituciones.
Hacoaj tiene muchos más socios aportantes que Hebraica, que no quiere dividir esta baja del ingreso en partes iguales, lo que para Hacoaj representa una pérdida de ingresos muy importante.
Nos costó muchísimo recuperar todo el equipamiento que habíamos trasladado a Sede Sarmiento, así como la información confidencial de Hacoaj que había quedado en esa Sede. Para peor, socios de Hacoaj están recibiendo llamadas telefónicas para asociarse a Hebraica… Les enviamos una carta protestando por este tema y nunca tuvimos respuesta.
Finalmente, queda un tema ético sobre la incorporación de algún personal que nos costó mucho dinero despedir durante la integración, y que hoy trabaja en Hebraica… Pero por ahora no quiero entrar en eso, porque es tema para otra charla.