A propósito de las denuncias de Béliz

Los posibles contubernios del poder

La histriónica salida del ex ministro de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos, Gustavo Béliz, con denuncias sobre irregularidades en el reparto de los fondos de la SIDE despertó nuevas sospechas sobre la hasta ahora transparente administración del Gobierno de Néstor Kirchner.

Tras diversos trascendidos que indicaban que el Gobierno llevaría a la justicia al ministro renunciado por violar la Ley de inteligencia debido a su actuación en la última emisión del programa televisivo de Mariano Grondona, el Ejecutivo Nacional decidió poner paños fríos al escándalo y relativizar la trascendencia política de la pelea.
En el programa emitido por el canal (9) de Daniel Hadad, el ex funcionario mostró la foto de quién sería, según sus acusaciones, la voz de mando de una especie de Gestapo presidencial liderada por el jefe de Contrainteligencia, Antonio ‘Jaime’ Stiusso.
Esas acusaciones dieron rienda suelta a la oposición para solicitar que se investigue a la administración kirchnerista. El diputado nacional por el ARI, Adrián Pérez solicitó a la Justicia electoral (actualmente en feria invernal) que se investigue el supuesto uso de fondos reservados para el financiamiento de campañas políticas. Tema del que Béliz debe conocer todos los pormenores por haber actuado como Jefe de Campaña para la nominación del actual mandatario y tarea que le habría servido de escalón para su posterior designación ministerial.
Probablemente, ese sea uno de los motivos por el que Béliz anunció su retirada de la política y Kirchner minimizó los desplantes.
Es que a ninguna de las dos partes les conviene agitar más el avispero. Ni intensificar las sospechas sobre el surgimiento de fondos, probablemente de procedencia ecuménica pero que se prefiere mantener en reserva.
Y sobre todo por la historia oscura de sospechas y vinculaciones del ex ministro y funcionarios menemistas con el poderoso grupo integrista católico Opus Dei.
No escapa a esta red de relaciones la amistad de la familia Trusso con Béliz, y las denuncias de su ex contendiente político Octavio Frigerio, cuando lo señaló como beneficiario de tarjetas de crédito sin límite de gastos a cuenta y orden del Banco de Crédito Provincial, presuntamente vaciado por los Trusso, uno de los cuales acaba de recuperar la libertad gracias a una divina caución juratoria de monseñor Héctor Aguer.