Como suele ser habitual en la prensa israelí, Haaretz destacó la relación de Kerry con el judaísmo, sobre todo que su abuelo paterno era judío. Fritz Kohn, que cambió su nombre a Frederick Kerry, fue un judío checo que se convirtió al cristianismo en 1905. Kerry se enteró de sus orígenes el año pasado, gracias al diario Boston Globe. La prensa israelí también dedicó atención a la visita, a Israel, que hiciera Cameron Kerry, el hermano menor del candidato, que se entrevistó con Ariel Sharón.
Cameron se convirtió al judaísmo hace 20 años.
En sus declaraciones públicas, Kerry es idéntico a Bush: apoya el plan de separación de Sharón -incluida la postura sobre los refugiados palestinos y los asentamientos-, considera que no hay interlocutor palestino y, recientemente, condenó el fallo del Tribunal de La Haya que condenó, por ilegal, el muro de defensa que Israel está construyendo en Cisjordania.
El candidato afirmó que el interés de Estados Unidos no es forzar a Israel a negociar, sino la guerra contra el terrorismo. Señaló a Arabia Saudita y colocó a Israel y a su país del mismo lado.
«Haré un buen trabajo para reducir la amenaza contra Israel y el resto del mundo», sentenció Kerry. En definitiva, el Kerry del diario Haaretz tiene un mensaje claro y muy satisfactorio para los contribuyentes judíos en la campaña electoral estadounidense: Estados Unidos no hará nada que Israel no quiera que haga.
Desazón por el muro de defensa
Sin embargo en octubre del 2003, el Kerry de las primarias, compartió en el Instituto Arabe-Americano la «desazón» de los palestinos por el muro.
Un borrador del programa electoral demócrata filtrado a la prensa estadounidense habla de que Kerry «demostrará la misma resolución para acabar con el conflicto que mostró el presidente Clinton», el mismo que recibió a Yasser Arafat en la Casa Blanca.
Kerry cuenta en su equipo con gente de la Administración Clinton como Richard Holbrooke, ex embajador ante las naciones Unidas y Samuel Berger, ex asesor de Seguridad Nacional.
El candidato ha criticado a Bush por su escaso involucramiento en el conflicto y ya anunció que nombrará un enviado especial de peso. Los nombres que suenan no son muy gratos para el actual gobierno israelí: Clinton, Jimmy Carter o James Baker.