Ciento treinta mil personas, doscientas sesenta mil manos de colonos judíos ultranacionalistas -en muchos casos ortodoxos- se solidarizaron “con los nuevos pioneros”, como dijo Estela, una argentina residente en Israel desde hace 23 años. “Nadie, tampoco Sharón, podrá separar estas manos que unimos ahora. Nuestra unión hace la fuerza. Nuestra determinación impedirá que se ampute la tierra de Israel. Basta con consultar la Biblia, para saber que Gaza tiene un pasado, un presente y un futuro judíos. Por eso estamos aquí” explica Estela, orgullosa de su camiseta naranja donde se presume del apoyo a Gush Katif.
Ciento treinta mil personas que enarbolan banderas de Israel contra el desmantelamiento propuesto por el Gobierno de Sharón que, así, está colocado entre la espada y la pared.
Los colonos, la extrema derecha y los ortodoxos judíos están decididos a tirar de la cuerda al máximo para romper el plan de desconexión del primer ministro israelí, que pasa por la evacuación de Gaza antes de finales del año 2005 y que ha provocado una fuerte tensión interna en el propio partido mayoritario del Gobierno, el Likud, que de hecho la rechazó en un referéndum celebrado el pasado mes de mayo.
Sharón ya no parece tener demasiado tiempo para decidir acerca de su futuro político…
