Otro capítulo de la Intrafada

Los diputados exigen reformas a Arafat

El Parlamento palestino instó al Yasser Arafat a aceptar la renuncia de su primer ministro y a nombrar un gobierno con capacidad para realizar reformas e impedir la anarquía reinante. Disturbios callejeros sin precedentes contra la Autoridad Palestina, cada vez más considerada como corrupta, renuente a realizar reformas y sin contacto con la realidad de su pueblo, empujaron al primer ministro Abú Ala a presentar su dimisión, haciendo estallar una crisis que algunos temen que derive en una guerra civil.

Los diputados palestinos -reunidos en sesión extraordinaria- votaron por 43 a 4 a favor de una resolución que solicita a Arafat que acepte la renuncia de Abú Ala y nombre un gobierno «capaz de llevar a cabo sus responsabilidades», en una sutil exigencia para que se le otorguen poderes para imponer la ley y el orden.
Abú Ala, cansado por su falta de poder para hacer más democráticas y responsables a las instituciones palestinas, presentó su renuncia el sábado 17 de julio, pero fue rechazada por Arafat.
Como parte de las luchas intestinas que se vienen dando en el seno de la política de los territorios, el diputado palestino Nabil Amr recibió dos disparos en una pierna tras regresar de una entrevista de televisión en la que criticó a Arafat.
Arafat telefoneó a Amr, de 57 años, para conocer su estado de salud, y ordenó una investigación así como protección para él y su familia. Pero Abú Ala calificó la agresión como otra prueba de «la parálisis del aparato de seguridad (…) el caos y la ausencia del imperio de la ley».
«Condenamos enérgicamente este acto criminal», dijo el aún Primer Ministro palestino después de visitar al legislador herido. «Este ataque no apuntó sólo contra Nabil Amr».
La vieja guardia de Arafat está enfrentada con una generación más joven, que busca reformas, y que ha renovado sus exigencias en anticipación a la retirada prevista de los asentamientos judíos de la Franja de Gaza en 2005, un plan impulsado por el primer ministro israelí Ariel Sharon.
El ataque a Amr se produjo tras un fin de semana de enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad leales a Arafat y jóvenes militantes de su movimiento Al Fatah, que exigen reformas drásticas y acabar con la corrupción.