El día que asumió De la Rúa estuve haciendo notas en la explanada de la Casa Rosada, por donde entraban -por última vez como ministros- los hombres de Carlos Menem. Cuando ingresó el Ministro de Justicia de la Nación, Raúl Granillo Ocampo, cerca de las 9 de la mañana, hicimos la nota junto al resto de los cronistas y lo seguí. El caminaba sereno, parecía transportado por una cinta en un aeropuerto.
Me pareció que merecía un poquito más de incomodidad, que no era justo que viviera con alegría el final de su gestión y lancé sobre él una preguntita:
– ¿Se va tranquilo con la investigación que hicieron de los atentados a la Embajada y la AMIA?
Entonces Granillo Ocampo dio su ultima declaración publica como funcionario:
– La investigación de la Embajada no tanto, pero la del caso AMIA fue fantástica”
Ahora confirmo lo que sentí tras escuchar a Granillo esa mañana, el Ministro de Justicia de Menem fue sincero. Buena parte de la investigación parece ser de fantasía.
Los muertos, el dolor de sus seres queridos y la risa de los autores del atentado, son reales.
Nuestro compromiso de recordarlos, buscar la verdad y exigir justicia, también.
