AMIA, 10 AÑOS. ¿Y ahora qué?

Testimonios de impunidad

Visto para atrás, los atentados de la Embajada y la AMIA están coherentemente hilvanados con las múltiples declaraciones, pensamientos y dichos vertidos por políticos, familiares y periodistas. La conjunción de estas voces reconstruye una historia con final abierto, una de las páginas más negras de la historia argentina.

Por Juan Salinas

“Esta vez sí, esta vez atraparemos a los culpables”.
El entonces Presidente Menem en el programa de televisión “Hadad & Longobardi”, 23 de julio de 1994.

“La SIDE está conducida por personas que mantienen vínculos con los autores de los atentados. No se va a fondo porque si Menem se pone a tirar de la soga puede salpicar a miembros de su propia familia y de pronto a él mismo”.
Rogelio García Lupo, septiembre de 1994.

“La mayoría de los hechos son descubiertos. Sé que no fue así en el caso de la AMIA, pero siempre hay cosas que quedarán en el misterio de la vida”.
Senador Eduardo Menem.

“Un desertor iraní declaró que ‘Los elementos más poderosos y reconocidos de Argentina estuvieron directamente involucrados en brindar apoyo a quienes perpetraron el ataque’. Otras fuentes parecen confirmarlo al afirmar que hubo agentes sirios de alto rango en el entorno inmediato del Presidente argentino”.
Informe presentado a la Cámara de Representantes de los Estados Unidos por la Comisión Republicana de Investigación de la Cámara de Representantes, bajo el título “Fuerza de Tareas sobre Terrorismo y Guerra No Convencional”. Estos párrafos del documento (que lleva la firma del representante Yossef Bodansky y del experto Vaughn S. Forrest y cuya traducción se encuentra incorporada al expediente judicial de la causa AMIA) fueron leídos por el periodista Horacio Lutzky en su programa televisivo “La Pluma”, emitido por Alef Network en julio de 1996. Lutzky los leyó en presencia de Rogelio Cichowolski y Luis Dobniewski, entonces letrados de la DAIA y de la AMIA, quienes prefirieron no comentarlos, hasta ahora.

“Desde el caso María Soledad a las explosiones que mataron indiscriminadamente e hicieron volar los edificios de la Embajada de Israel y la AMIA, la impunidad criminal ha degradado a la República. La
incompetencia del Estado ha sido atroz”.
Declaración de la Asociación de Entidades Periodísticas de la Argentina (ADEPA) ante el asesinato de José Luis Cabezas.

“Debemos demostrarle a la comunidad que no somos una policía que trabaja en la nocturnidad, sino que sus procedimientos son claros y transparentes”.
Comisario general Juan Adrián Pelacchi, jefe de la Policía Federal Argentina, abril de 1997.

“Tanto el fiscal con el que hablé como el propio Presidente Menem me dijeron cuando los entrevisté, dieciocho meses después del ataque, que sabían bastante bien quiénes eran los asesinos, pero que no tenían pruebas para detenerlos”.
Elie Wiesel, Premio Nóbel de Literatura, al terminar el acto que se celebró en Nueva York para conmemorar el tercer aniversario del atentado.

“Queda claro que los investigadores temen profundizar la investigación por el peligro de encontrar pruebas contra sí mismos”.
Comentario de una “alta fuente de la cancillería” israelí al diario Haaretz, 28 de diciembre de 1997.

“Un axioma menemiano es que todo aquel que reclama justicia y esclarecimiento de crímenes se convierte automáticamente en un enemigo. En algo Menem tiene razón: Memoria Activa no es representativa de la colectividad judía. Por el contrario, es una convocatoria a toda la sociedad argentina con un objetivo puntual: esclarecer el asesinato de nuestros familiares. Por lo visto, Menem quiere borrar de la memoria colectiva a las víctimas de la AMIA estigmatizándonos como el enemigo que acecha”.
Laura Ginsberg en el acto semanal de Memoria Activa frente a Tribunales, el lunes 9 de febrero de 1998.

“Prometo que haré todo lo que se pueda para esclarecer los atentados contra la Embajada y la AMIA y la muerte de Cabezas”.
Fernando De la Rúa en el acto de proclamación de su precandidatura a la Presidencia, 4 de abril de 1998.

“Bill Clinton nos recibió durante su corta visita a Buenos Aires. En cuatro años, nuestro Presidente, Carlos Menem, nunca nos recibió”.
Adriana Reisfeld, de Memoria Activa, hermana de Noemí, muerta en el atentado. En Nueva York, el 17 de julio de 1998.

“Detrás del sigiloso mundo del terrorismo internacional y del contraterrorismo se esconde otro más oscuro aún: el de los negocios sucios que van desde el tráfico de armas y de estupefacientes hasta el blanqueo de grandes masas de dinero con la complicidad de ciertos estados y gobiernos”.
Pierre Zedaine, experto franco-argelino en terrorismo islámico, agosto de 1998.

“El presidente Clinton nos dijo que el FBI no trasmitiría más información a la Argentina porque no le tiene confianza a quienes tienen en sus manos la investigación local del atentado”.
Carlos Susevich, padre de una de las víctimas de la Embajada de Israel.

“Cuando constituimos Memoria Activa tuvimos la ingenuidad de ir a hablar con Rubén Beraja. Todavía me acuerdo de cada uno de sus gestos. Nos dijo que en estos casos se necesitaba atacar desde distintos frentes. Unos debían observar, otros ir al frente y otros negociar. Ellos negociaron la impunidad. Recibimos muchas amenazas de las instituciones judías para que bajáramos el nivel de nuestras denuncias. Rogelio Cichowolski nos dijo ‘ustedes están con el palito (así llama al micrófono) pero yo hago así -y chasqueó los dedos- y desmantelo la plaza cuando quiero.
Así aprendimos a darnos cuenta de cuándo nos querían versear, usar o negociar. Igual que aprendimos el lenguaje legal, sus códigos, sus trampas. Y cada vez tenía más bronca de no haberme dado cuenta qué clase de gente tenía adelante (…) Ahora sabemos que las instituciones judías querían borrarnos del medio (…) estoy convencida de que lo que quieren es cerrar la causa y que en este sentido trabajan con el juez Galeano. ¿De qué se ocupa Galeano? El procesamiento de Telleldín lo promovimos nosotros, la pista carapintada se cayó, la pista internacional quedó en nada y se va a ir a juicio sin saberse cómo se cometió el atentado. Todo el mundo cree que entonces se va a abrir la caja de Pandora, pero no es más que una ingenuidad. Parece que es suficiente un trocito minúsculo de la realidad”.
Laura Ginsberg entrevistada por la periodista Marta Dillon, julio de 1999.

“Yo estoy seguro de quiénes son los responsables. No lo puedo decir porque es un problema de Estado, es un problema de política exterior, pero tengo claro que hay una potencia extranjera comprometida en este crimen”.
Vicepresidente Carlos Ruckauf (quien era ministro del Interior al cometerse el atentado), 10 de agosto de 1999.

“Hay que prestarle más atención a la pista siria y no detenerse sólo en Irán”.
Domingo Cavallo, 11 de agosto de 1999.

“La investigación del caso AMIA fue fantástica”.
Granillo Ocampo, al dejar el cargo de ministro de Justicia, al periodista Diego Melamed, 10 de octubre de 1999.

“¿Qué ocurrirá si un juez decide que, como acaba de plantear en base a una multitud de datos bien documentados el diario ‘Río Negro’, las matanzas causadas por la voladura de la Embajada de Israel, primero, y la AMIA, después, se habrían debido exclusivamente al incumplimiento por parte de Menem de sus compromisos con los dictadores y traficantes árabes que habrían financiado la campaña electoral que lo depositó en la Casa Rosada y que, por lo tanto, valdría la pena obligarlo a explicarse?”.
James Neilson. Noticias. 15 de enero de 2000.

“El gobierno que presido asumió el compromiso, que reitero enfáticamente, de impulsar la investigación de estos hechos criminales en todo lo posible y hasta las últimas consecuencias”. Presidente Fernando De la Rúa en Estocolmo, 27 de enero de 2000.

“De bolítica yo no habla”.
Respuesta de Monzer Al Kassar a la pregunta de la periodista Adriana Mayer acerca de su presunta responsabilidad en el atentado a la AMIA. 25 de abril de 2000.

“Lo que más nos llamó la atención es que, fuera del juez Baltasar Garzón al principio con el Yomagate, durante esos diez años de gobierno peronista las grandes potencias no dijeron nada. Han cerrado los ojos porque las privatizaciones les convenían a sus empresas. Desde nuestro punto de vista, lo más grave reside en que este sistema de corrupción se ha integrado en la nueva economía. Esto quiere decir que si los responsables políticos privatizan y los occidentales pueden invertir, la integración de la corrupción forma parte de la nueva economía y de la mundialización”.
Alain Labrouse, director del OGD, abril de 2000.