Sigue la polémica II:

Pedido

Sr. Guillermo LIPIS Esta es la respuesta que envío a su nota publicada en el No. 896 página 9 bajo el título "Hasbará y negocios (de algunos)". Reitero que ANULA la anterior, siendo ésta la única válida Reitero mi petición. No se trata de una CARTA DE LECTORES, sino respuesta a la citada nota, por lo tanto agradeceré: a) sea publicada en el cuerpo del periódico en el próximo número, en ubicación similar a la que utilizó Vd. para la suya. b) Sugerirle que la misma mantenga el nombre con el agregado de "Respuesta" c) Adelante su publicación en vuerstra página web, tal como hizo Vd. con su nota. Mi nota va en el cuerpo de éste e-mail y en forma adjunto también, tratándose de la misma. Atte. Mario Schvindlerman Como los lectores podrán apreciar, tanto la respuesta del señor Schvindlerman como su pedido -expuesto arriba de este texto- tienen algunos errores ortográficos. Dado su pedido de no tocar la misiva, hemos decidido publicarla tal como llegó a la redacción. Es una buena manera de conocer al Secretario de Cultura de la máxima organización social comunitaria: la AMIA. Y también es un buen momento para hacerse algunas preguntas más:

– ¿Por qué el señor Schvindlerman no utilizó un e-mail oficial de la AMIA para responder como lo hace desde una posición de dirigente institucional? ¿Tal vez hubiera tenido que someter sus ideas al respeto de la mayoría de una Comisión que no hubiera aceptado su posición?

– ¿Por qué el señor Schvindlerman cree que la única forma de sostener la hasbará es la manifestada por un trío que hace meses que viene trabajando juntos sin permitir la riqueza de la diversidad de opiniones existentes entre los múltiples factores políticos comunitarios?

– Señor Mario Schvindlerman, ¿quién aprueba los honorarios del disertante Julián Schvindlerman? ¿Usted u otra persona?, dado que supongo -por su cargo y relación parental- usted seguramente se habrá abstenido de pautar tal decisión?

– ¿Sabrá el señor Schvindlerman que la cesión de la Sala Julio Cortázar en la Feria del Libro, donde presentáramos el libro alusivo a los 55 años de Nueva Sión, fue cedida sin cargo gracias a gestiones realizadas por la Embajada de Israel por lo que no hubo costo alguno para la AMIA? Si lo sabe, ¿entonces por qué oculta tal información? Y si no lo sabe, debería de estar más informado por el grado dirigencial que ocupa.

– ¿Sabrá el señor Schvindlerman que la comunidad organizada del “Pueblo del Libro” tiene la obligación moral de subvencionar a todos los medios comunitarios discriminando sólo por su alcance, tiraje y esfuerzo de producción y no por ideologías? Esta es una visión de dirigente estadista que no todos los activistas parecen comprender. Los medios comunitarios, en esta y en cualquier otra comunidad -judía o no-, conforman los libros de la historia local del mañana. Y por eso tienen que ser apoyados. Sabemos que no siempre sucede y también sabemos que cuando no se puede, no se puede. Pero no es el caso de esta AMIA.

– Y por último, de todo lo más que podría escribir: ¿Sabrá el señor Schvindlerman que gracias a nuestro artículo “Hasbará y negocios (de algunos)” se está revisando, desde mucho más arriba que su Secretaría, la modalidad y monto del pago de honorarios que la AMIA realizó hasta ahora.

Guillermo Lipis