Israel lanzó la mayor ofensiva militar en los territorios ocupados de la Franja de Gaza desde la Guerra de los Seis Días, invadiendo una parte del campo de refugiados de Rafah, en el sur de la Franja de Gaza, y causando la muerte de unos veinte palestinos.
La “Operación Arco Iris”, que está pertrechada con helicópteros, carros de combate y vehículos blindados, ya recibió enérgicas críticas de gran parte de la comunidad internacional y -a pesar de ello- podría prolongarse por varios días.
El número de heridos supera el medio centenar, todos palestinos. Según fuentes hospitalarias, diez de las víctimas murieron por el lanzamiento de misiles desde helicópteros y las otras diez por heridas de balas.
En cuanto al número de bajas, la operación “Arco Iris” también ya tiene su propio récord desde el anterior ataque de mayor envergadura llevado a cabo desde hace dos años, cuando en un solo día perdieron la vida 23 palestinos en Jan Yunis.
La población civil que aún permanece en el campo de refugiados Rafah buscó resguardo en habitaciones de sus casas mientras las tropas avanzaban abriendo fuego indiscriminadamente.
La tragedia incomprensible
Los carros de combate, protegidos por los helicópteros, avanzaron por las calles del barrio de Tel al-Sultan y las excavadoras cavaron una fosa que aisló dicho barrio del resto del campo de refugiados.
“Arco Iris” comenzó de madrugada cuando un helicóptero disparó un misil contra un grupo de gente que salía de rezar de una mezquita, hecho que provocara tres bajas. Acto seguido, los helicópteros dispararon otros dos misiles contra los que acudían a ayudar a los heridos, causando otras tres muertes. La mezquita se incendió y aún los helicópteros lanzaron otro misil matando a cuatro personas.
Las ambulancias recogieron a los heridos que pudieron mientras los soldados abrían fuego para impedir que los enfermeros y camilleros se acercaran a los heridos.
El episodio más cruento lo protagonizaron dos hermanos de 14 y 15 años quienes fueron alcanzados por los bombardeos cuando se encontraban en el tejado de su casa, donde se desangraron durante tres horas porque las ambulancias tampoco pudieron llegar.
Condena internacional
El presidente palestino, Yasser Arafat, declaró que lo que está pasando en Rafah es una “enorme masacre planificada” y pronosticó que va a durar mucho tiempo.
Las condenas internacionales tampoco se hicieron esperar.
La Embajada de los Estados Unidos solicitó a Sharón “aclaraciones” sobre lo que está sucediendo en Gaza.
Los países árabes solicitaron una reunión urgente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. El secretario general de la Liga Árabe, el egipcio Amr Musa, acusó a Israel de cometer continuamente “crímenes de guerra”.
El diputado israelí Yosi Sarid, del partido Meretz / Yahad afirmó que: «Cuando los niños huyen para salvar la vida, arrastrando tras ellos maletas más grandes que ellos mismos, esto es realmente visto como un crimen de guerra por la comunidad internacional».
Yahad: “No en nuestro nombre”
El partido de izquierda israelí Yahad ya anunció una vigilia para esta noche y la organización de una manifestación frente al Ministerio de Defensa para mañana (jueves 20 de mayo) a partir de las 18 hora de Israel.
La misma tiene como objetivo dejar en claro que “los misiles no están lanzados en nuestro nombre” afirman los organizadores en la convocatoria.
